En esta noticia

Las empresas ya comienzan a ver un recorte en su nivel de consumo, y el consecuente freno en su ritmo de producción. Algunas, incluso, analizan la posibilidad de comenzar a licenciar trabajadores ante esta situación, y empezar a gastar stock.

El Gobierno está al tanto de esto y de hecho en algún momento advirtió que ocurriría; ahora esos efectos se hacen realidad, pero el oficialismo entiende que todo este proceso decantará en una baja de la inflación.

En este marco, apuntan que luego de un primer trimestre "muy duro", en abril llegaría la calma y caería por debajo de las dos cifras, para tocar el 9%. Esta posibilidad es también la que baraja el propio mercado, aunque el problema aparece a la hora de analizar lo que ocurrirá en el mientras tanto.

En primer lugar, porque lo que se teme es que se llegue a esa cifra pero a cambio de un menor nivel de actividad, que estaría ligado a un caudal de consumo inferior. Y si la situación se agrava, terminaría también pegando en los niveles de empleo y desempleo. Es decir: salir del terreno de las dos cifras no sería imposible, pero sí tendría que ver más con una menor capacidad de compra que con un reacomodamiento positivo de la economía.

Uno de los segmentos más sensibles es el de consumo masivo. Vivió una suerte de realidad paralela en diciembre pasado a raíz de las Fiestas y el pago del aguinaldo, pero ahora todo vuelve a la normalidad. Las empresas ya hablan de una caída del 10% en la actividad.

Si bien el número no es catastrófico, en el sector apuntan que para enero y febrero la situación se agravará. En el segmento de la construcción las cifras sí son más marcadas. Se habla de una baja del 30%, aunque aquí se dan dos factores. Por un lado, una caída producida por el menor poder adquisitivo, y por el otro la utilización del stock de materiales del que muchos se hicieron durante los últimos meses.

En otros sectores de la industria la situación no es diferente. Indumentaria, por ejemplo, ya ve una merma en el nivel de compras, y apunta que si la situación no mejora se podrían ver caídas de hasta 30%.

Esa misma pendiente ya la registró también el mundo del calzado, con una reducción de 30% interanual en diciembre pasado, en tanto que entre las empresas de electrodomésticos dicen que en el último mes de 2023, contra noviembre, la reducción de las ventas fue nada menos que del 65%.

Stock pendiente y plan de contingencia

En muchos de estos sectores se destaca lo mismo: el stock se acumula, y las compras de mercadería a las fábricas se vuelven cada vez más innecesarias. Y si esto se acentúa, de nuevo, entonces el efecto será el de una menor actividad en las plantas. Todo apunta que esta situación se observe con más fuerza hasta abril, pero es imposible asegurar que así será.

"Los planes de contingencia que tenemos ahora son por este trimestre; después todo dependerá de cómo sigue todo", afirmaron fuentes industriales a El Cronista. La política de aprovechamiento del stockeo, incluso, también correrá para algunas empresas que -ante la menor demanda- reducirán su nivel de producción, para trabajar justamente con la mercadería ya existente.

El escenario que algunas empresas en determinados sectores en particular ya empiezan a plantear es el del ritmo que tendrás las plantas. Quienes por ahora se animaron a manifestar en on su postura son los productores de aceite, aunque el sector habla de una realidad más compleja y no se limitan a hablar solo del nivel de consumo.

"Podríamos adelantar vacaciones del personal debido a la falta de soja", sostuvo la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara), a lo que se le suma la menor actividad.

"Hoy la situación no da para hablar del cierre de plantas pero sí es cierto que estamos atentos a lo que pueda pasar. Si los niveles de consumo no mejoran, y nuestro ritmo de actividad no crece, algo habrá que hacer", afirmaron a El Cronista desde una empresa del mundo alimenticio. La duda que surge ante este panorama que se prevé, al menos, de menor actividad para la industria, es qué ocurrirá con el nivel de empleo y qué recorrido tendrán los salarios a lo largo de este año.

En cuanto al primer punto, algunos privados sostienen que habrá que reacomodar los niveles actuales de desempleo, que en el primer trimestre de 2024 se podría mover entre el 8% y 9%, lo que representaría un impacto negativo si se lo compara con el 5,7% del mismo período de 2023.

De la mano de esto, se vería un crecimiento del empleo informal. En cuanto a los salarios, algunos gremios ya lograron para el primer trimestre bonos que superan los $ 200.000, además de recomposiciones salariales superiores al 90%.