El Gobierno licitió hoy una nueva emisión de Bonos del Tesoro Nacional por 3000 millones de pesos, aunque recibió ofertas 2,9 veces más de lo buscado originalmente a una tasa levemente inferior a la que venía consiguiendo en el mercado en las licitaciones anteriores.

Los bonos que la cartera de Hacienda finalmente adjudicó sumaron un total de 5763 millones de pesos, divididos en tres vencimientos: mayo, julio y septiembre del año que viene.

El total adjudicado con vencimiento en mayo de 2016 alcanzó los 3101 millones de pesos, con una tasa del 26,79% y precio de corte de 104,45 pesos.

En las licitaciones de mayo y algunas de las de junio de este año, el interés al que el Gobierno había colocado la deuda había sido de 27%. Pero el 22 de junio, el Gobierno colocó 5.103.516.650 pesos y convalidó rendimientos del orden del 30%.

Para los BONAC con vencimiento en julio de 2016, la cartera que conduce Axel Kicillof convalidó un precio de corte de 101,70 pesos por cada 100 nominales, lo que implica una tasa de 26,97%.

Para los bonos licitados con vencimiento en septiembre del año próximo, el gobierno recibió 614 mil pesos, con una tasa de 27,02% con un precio de corte de 99,65 pesos. En la licitación realizada en abril, por este mismo bono, el gobierno había convalidado una tasa de 27,3%.

Los BONAC pagan una tasa de interés trimestral en función a la tasa de LEBAC a 90 días y se convirtieron en una fuente de financiamiento en el mercado local ante la imposibilidad de recurrir al mercado internacional –salvo acuerdos con los organismos de crédito- por el conflicto con los fondos buitre.

Necesidad

Como explicó El Cronista, el Gobierno aceleró el ritmo de emisión en deuda en pesos ante la necesidad de financiar un déficit fiscal creciente y frente a las limitaciones que la ley actual le impone a la emisión monetaria del Banco Central para financiar al fisco. Según análisis privados, el rojo fiscal de 2015 podrá acercarse a 9 puntos del PBI.

Frente a este escenario, el ministro de Economía, Axel Kicillof, no descartó realizar otra colocación de deuda en el mercado local pero en moneda extranjera.

La última operación de este estilo la Argentina tuvo que aceptar una tasa de 9%, tres veces más que la que pagan países como Chile, Uruguay, y Bolivia. Los analistas aseguran que la tasa es mayor porque la Argentina sigue sin arreglar con los holdouts, y no porque el país no tenga condiciones de pago.