Mientras la guerra comercial entre Estados Unidos y China escala, la Argentina busca cómo surfear la ola arancelaria sin perder participación en ambos mercados. claves para el ingreso de divisas por exportaciones.

En este escenario, el sector agroexportador que generó u$s 1522 millones el último año, en el comercio con Estados Unidos, interpreta de forma positiva la decisión reciente de los países del Mercosur de flexibilizar los aranceles externos comunes sobre 50 productos elegidos por cada uno de sus miembros.

La herramientas que le da más flexibilidad para negociar acuerdos a medidase elevó de 100 a 50; este número, según circuló de forma extraoficial, coincide con la cantidad de posiciones que podría abarcar un acuerdo de comercio con EE.UU.

Por eso, los técnicos de la actividad agroindustrial, que deberá asumir un alza de 10% en los aranceles impuestos por EE.UU, comenzaron a medir el impacto.

Durante una presentación en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, Maximiliano Moreno de Fundación INAI, aseguró que un acuerdo de 50 posiciones con la administración de Donald Trump, cubriría el 91% de las exportaciones.

En concreto, el especialista indicó que el total de exportaciones por u$s 6406 millones se distribuye en un total de 802 posiciones arancelarias; sin embargo, sólo 50 posiciones representan 91,24% de las exportaciones (u$s 5832 millones) a este destino.

De ese total, el 50% corresponde a petróleo que está exento; 14% responde a aluminio y acero que afronta una tarifa de 25% mientras que el 36% restante deberá asumir el incremento de 10%, sobre lo que ya existía un impuesto de ingreso.

Por eso, como alternativa, una negociación de 50 posiciones, "siempre y cuando se seleccionen por orden de mayor participación", abarcaría 26 posiciones vinculadas al agro, lo que equivale a casi el 83 % de las exportaciones de este sector.

En relación al contexto internacional Moreno destacó que la situación se encuentra actualmente caracterizada por una fuerte incertidumbre y volatilidad, lo cual está impactando en los flujos de comercio y las cadenas globales de valor.

"Las tensiones derivadas de las subas de aranceles deberían ajustarse en la medida que avancen positivamente los acuerdos entre EE.UU. y otros países, durante la ventana de negociación abierta por 90 días", explicó.

La gran incertidumbre es cómo evolucionará la escalada de aranceles entre China y EEUU, tema que adquirió centralidad a partir de que EE.UU. fue acotando y enfocando el campo de aplicación de sus sanciones comerciales.

De avanzar, este conflicto tiene el potencial de generar "importantes desvíos de comercio" en el sector agroindustrial, particularmente "si tenemos en cuenta que EE.UU. es uno de los principales exportadores mundiales y China uno de los principales importadores", destacó.