El arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, pronunció este domingo una homilía durante el Tedeum por el 25 de Mayo que en la que abordó tres ejes sensibles: la situación de los jubilados, la necesidad de diálogo, unidad y reconciliación entre los argentinos y el fenómeno de la "violencia digital" en redes sociales.
Defensa de los jubilados y un país que "sangra"
García Cuerva dedicó parte de su sermón a los adultos mayores, en un contexto de protestas semanales frente al Congreso por reclamos previsionales. "Los jubilados merecen una vida digna con acceso a los remedios y a la alimentación. Herida esta que sigue abierta y sangra hace años", afirmó. Su mensaje evocó el descontento de un sector golpeado por la inflación y los ajustes, aunque evitó señalar responsabilidades directas. "Muchos podrán ser los responsables de esta triste situación, pero la oportunidad que tenemos nosotros de resolverla es hoy", agregó, en un guiño a la urgencia de políticas concretas.
Diálogo versus "terrorismo de las redes"
El segundo eje de la homilía apuntó a la polarización. García Cuerva criticó la "violencia digital" y citó al papa Francisco al referirse al "terrorismo de las redes". "Hemos pasado todos los límites: la descalificación, la agresión constante, el destrato, la difamación parece moneda corriente", denunció. Además, mencionó a los "haters de aquella época" que atacaban a Cristo -en paralelo con los críticos contemporáneos- y pidió "frenar urgentemente el odio". Su llamado a la "cultura del encuentro" contrastó con el tono confrontativo que caracteriza a buena parte del oficialismo en plataformas digitales.
El arzobispo intentó mantener equidistancia: "No podemos construir una nación desde la guerra entre nosotros. Todo acto de violencia es condenable". Sin embargo, advirtió: "Algunas frases podrán ser tomadas de manera aislada para querer alimentar la fragmentación". Una advertencia premonitoria, dado el efecto inmediato en redes.
Reacciones: "Zurdeum" y acusaciones de parcialidad
Mientras el canal de YouTube de la Presidencia transmitía la ceremonia, simpatizantes de Milei inundaron los comentarios con mensajes que asociaron a García Cuerva con el peronismo y lo tildaron de "zurdo". Frases como "Afuera el KUKA", "Zurdeum" o "ZURDO SOTANA PEGAJOSA" reflejaron el malestar de un sector que interpretó el sermón como un ataque velado al gobierno. También hubo críticas al tono del religioso: "Que pesado el cura", escribió un usuario, mientras otro ironizó: "Ahí están los Chad de negro que lo dan vuelta como a una media al cura sombrero magenta".
Algunos comentarios resaltaron la figura de Milei, con expresiones como "AVE MILEI" o "BANQUEN AL JAVO, mirá todo lo que tiene que aguantarse". Otros, en cambio, cuestionaron el rol político de la Iglesia: "¿Quién elige esos curas??", se preguntó un anónimo, y otro añadió: "La Iglesia católica sin los pobres no sería nada".
García Cuerva recurrió a un pasaje bíblico para ilustrar la crisis social: la mujer que padeció hemorragias durante doce años. "Ella había sufrido mucho en manos de numerosos médicos y gastó todos sus bienes sin resultado. Cuántas promesas incumplidas, cuántas veces habrá sentido que la engañaron", reflexionó. El arzobispo trasladó esa imagen a la Argentina: "Nuestro país también sangra: hermanos en la marginalidad, jóvenes víctimas del narcotráfico, familias damnificadas por inundaciones".
"Transfusión de memoria": el llamado a no repetir errores
El religioso citó al escritor Elie Wiesel, sobreviviente del Holocausto, para enfatizar la importancia de recordar. "Es imprescindible realizar una transfusión de memoria. Porque la memoria no solo nos permitirá que no se cometan los mismos errores del pasado, sino que nos dará acceso a aquellos logros que ayudaron a nuestro pueblo a superar obstáculos históricos", señaló. Esta idea resonó como un llamado a aprender de episodios como el Pacto de San José de Flores de 1859, que puso fin a conflictos internos.
El arte como símbolo de reconciliación
El arzobispo destacó el valor simbólico de la Catedral, en particular su mural que representa el encuentro entre Jacob y José, símbolo de reconciliación bíblica. "Buenos Aires venía a reconciliarse con la Confederación Argentina en un fraterno pacto de unión. Hoy quisiera que volvamos a imaginar el abrazo que nos debemos", dijo. García Cuerva vinculó este mensaje con la actualidad: "Usemos las manos para acariciar el dolor de tantos hermanos".
Hambre de pan y hambre de sentido
El sermón también abordó la crisis económica y existencial: "Muchos hermanos tienen hambre de pan, incluso revolviendo basura. Pero todos tenemos hambre de sentido de vida, hambre de Dios". García Cuerva criticó la banalización del debate público: "Nos hemos acostumbrado a comer el pan duro de la desinformación, el pan agrietado por el odio".
Un final con imperativo: "Argentina, levántate"
La homilía cerró con un llamado contundente, inspirado en el relato de la niña curada por Jesús: "Argentina, levántate, ponete de pie, vos podés. Basta de arrastrarnos en el barro de las descalificaciones". García Cuerva exhortó a "caminar dialogando" y a no defraudar a las futuras generaciones.
Homenaje por el 25 de Mayo
El presidente Javier Milei participó del Tedeum y el cambio de guardia del Regimiento de Infantería 1 Patricios, en el marco del 215° aniversario de la Revolución de Mayo.
Se trató de la primera liturgia que se realiza tras la muerte del Papa Francisco, y es una ocasión en la que la Iglesia Católica brinda su mirada sobre el rumbo del país.
Por eso había grandes expectativas sobre el mensaje que dio el arzobispo de Buenos Aires. Durante el último Tedeum, el eclesiástico dedicó parte de su tradicional oración a pedir por los pobres y los más desprotegidos.
"En el contexto actual, y con mucha humildad, quisiera pedir a todos que sintamos también hoy sobre nosotros la mirada fuerte de Jesús que nos interpela, que nos cuestiona, que nos alerta sobre nuestra insensibilidad con los más desprotegidos, que nos reclama mayor compromiso y cercanía con los que sufren", sostuvo el año pasado ante los asistentes, entre ellos el Milei.