Cristina Kirchner sólo volvió a tomar su lugar y a presidir la sesión del Senado casi cinco horas después de haberla abierto y de haberse retirado. Regresó para escuchar el discurso de la salteña Nora del Valle Giménez que argumentó su rechazo.
"No voto en contra de mi Gobierno, no voto en contra de mi Presidente ni de usted, Vicepresidenta. No voto en contra del Frente de Todos del que estoy orgullosa, voto en contra de Macri y del Fondo Monetario Internacional", señaló la legisladora cercana a la ex presidenta. Y agregó que "las deudas se honran pero las estafas no, las estafas se investigan y se juzgan".
Después de ese discurso la ex presidenta le dio la palabra a Adolfo Rodríguez Saá, se retiró y ya no volvió. Ni siquiera estuvo en el discurso de cierre del jefe de su bloque ni en la votación.
Los senadores del Frente de Todos que se opusieron al acuerdo admitieron en el detrás de escena que tenían muchas ganas de hablar. En cambio se contuvieron en público y se despacharon con críticas en privado. Lo hicieron en las dos reuniones de bloque que presidió José Mayans.
La primera tuvo lugar el lunes y fue la más dura. Senadores y senadoras de La Cámpora y los más cercanos a Cristina Fernández sostuvieron que no se negoció desde un lugar de fortaleza, que no se llegó hasta donde debió llegarse y que es "mentira" que en caso de no acordar se estuviera frente "a una crisis terminal".
Este jueves, a las 11, hubo una segunda reunión, más pacífica. Tanto que hubo torta de chocolate y se cantó el feliz cumpleaños a la fueguina María Eugenia Duré. En ese último encuentro se consensuó la estrategia: no habría roces ni entre los propios ni con la oposición de Juntos por el Cambio.
Un senador de diálogo habitual con Cristina Fernández y con Máximo Kirchner contó a El Cronista que quienes integran La Cámpora decidieron repetir la actitud que tuvieron en la cámara de Diputados. Oscar Parrilli, el más duro, no se anotó como orador y optó por insertar su discurso. Y escribieron sus argumentos en un texto para distribuir al cierre de la sesión.
"No queremos dañar al Gobierno, sólo queremos ser coherentes y no votar a favor de algo que no queremos. Pero no haremos nada que pueda dejar al Gobierno sin el proyecto que quieren", avisaron para tranquilidad del sector que votó positivo. La explicación y los argumentos ya estaban escritos para distribuir apenas terminada la sesión, igual que en la Cámara baja. Varios volvieron a ver viejos discursos en los que cuestionaban la marcha de las negociaciones y recordaron los distintos avisos que se hizo al Ejecutivo.
En la semana se dijo que Cristina intervino para cambiar el voto de Daniel Gollán en Diputados que pasó de positivo a abstención. En el Senado insistían que ni Máximo Kirchner ni la Vicepresidenta "porotearon". Negaron que cualquiera de los dos intentara torcer voluntades. Sí afirmaron lo suyo.
Un caso es paradójico. El único senador opositor de Río Negro, Alberto Weretilneck, apoyó. Pero los dos senadores del Frente de Todos, Martín Doñate y Silvina García Larraburu, rechazaron con su voto el acuerdo. Doñate es de La Cámpora y García Larraburu, que se abstuvo, tuvo una larga charla con la Vice en su despacho. Coincidieron en el dramático análisis de la economía y la inflación.
Gracias al recambio de diciembre por primera vez en años hubo 72 senadores en sus bancas. Hasta ayer no hubo asistencia perfecta en las sesiones debido a la licencia repetida de José Alperovich, investigado en una causa de abuso, y el estado de salud de otros.
La división de los 35 del Frente de Todos dejó otra paradoja, la ley tiene más votos de Juntos por el Cambio que del oficialismo y los que quedaron en minoría fueron los senadores K. Aún así repetían que no quieren dejar el bloque y se cuidaron de no tensionar con discursos y discusiones. Todo un dato el mismo día en que la vocera presidencial, Gabriela Cerrutti, confirmara lo que contó El Cronista el domingo: que Alberto Fernández intentó en vano comunicarse el jueves con la Vicepresidenta, en forma directa y a través de su secretario. Ella nunca lo atendió.
Sin embargo, el despacho 36 B en el primer piso del Senado fue el más activo. Durante toda la tarde entraron y salieron senadores K. También hubo dos visitas que pocos vieron entrar: el viceministro de Justicia, Juan Martín Mena, y el secretario de Derechos Humanos Horacio Pietragalla.
Mena, ex de la Secretaría de Inteligencia y de llegada a los Tribunales, no quiso hablar, aunque fue sugestiva su presencia justo cuando está por arrancar el tratamiento del Consejo de la Magistratura. Pietragalla coordina actividades para el 24 de marzo.
A diferencia de lo que sucede en cada sesión, no hubo imágenes fotográficas oficiales de Cristina Fernández presidiendo la sesión. Las únicas que hubo fueron tomas de lejos.