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El empresario que se juntó con referentes económicos de Javier Milei hace pocos días todavía está tratando de descifrarlo. "El ministro de Economía no es ninguno de los que se está nombrando", escuchó.
Se lo dijeron con la certeza del que cree que sabe realmente lo que va a ocurrir, pero también con la audacia del que aprovecha que en torno al candidato más votado de las primarias hay una nube de personas tan grande que todo es posible.
La Libertad Avanza (LLA) tiene como asesores económicos a figuras clave de la década del 90, como Carlos Rodríguez, Roque Fernández y también el contador Darío Epstein, que de hecho son quienes se reunieron con la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El financista Emilio Ocampo, en tanto, es el promotor de la dolarización que se incorporó al espacio hace poco y publicó un libro con Nicolás Cachanovsky. Héctor Rubini, profesor de la Universidad del CEMA, también se atribuye tener ascendencia definitiva sobre el libertario.
Diana Mondino se vuelca a los temas de política exterior y aparece cada vez más seguido como una vocera calificada. El banquero y postulante a senador Juan Napoli también talla en el armado de la agenda para un desembarco en Wall Street, que espera oír más del outsider liberal en los próximos días.
El financista Gabriel Martino, que apoyó a Horacio Rodríguez Larreta hasta las PASO, hizo de puente de Napoli con el ex HSBC Gerardo "Gerry" Matos, quien lo recibirá este jueves en su casa en Nueva York junto a un grupo de inversores que buscan responder la pregunta de moda: "What about Milei?".
Todo en un universo donde se puede ubicar también al actual embajador en Arabia Saudita y ex negociador de la deuda Guillermo Nielsen además de sumar a Guillermo Francos, que cuando deje la representación en el BID empezará desde el 15 de septiembre a juntarse con gobernadores para explicar, entre otras cosas, qué hay de cierto en un eventual recorte de la obra pública.
Pero según la adivinanza, el supuesto ministro no vendría por ahí. Hay más pistas. "Trabajó mucho en los Estados Unidos", le dijeron al ejecutivo. Chan.
Si alguien podía suponer que podría ser el ex jefe del BCRA, Federico Sturzenegger, que suele pasar tiempo allá dando clases, también quedo ¡afuera!
Sturzenegger, que tiene afinidad con Milei y de hecho participó de un evento en un teatro con el libertario hace un par de años, reveló en Twitter que trabaja para Patricia Bullrich.
Ley ómnibus
Tampoco tienen todo muy claro los lobbistas de la energía, llamada a ser la vedette del despegue argentino si alguna vez ocurriera.
Tienen como eventual referente en la materia de una administración de LLA al abogado argentino Eduardo Rodríguez Chirillo, que reside en España hace dos décadas y está presentándose por reuniones vía Zoom. "Te pasa un PowerPoint pero te avisa que eso es su pensamiento, pero que no sabe quién lo va a ejecutar", cuentan en el sector petrolero. Ajá.
Una coincidencia entre los expertos de las distintas áreas es que todos se despegan llegado el momento de las ideas más chapa del dueño de los perros Conan, Milton, Murray, Robert y Lucas. "Ah no sé, eso son cosas de Javier", salen del paso, y nadie asume que su trabajo dependerá de esa conducción.
Como contracara, en alguno de los encuentros donde Milei está empezando a arrimarse al establishment como una opción realista de poder, se ofrece como "garantía de racionalidad" la mención a "los canosos" -Rodríguez, Fernández y Epstein, entienden- en una referencia capilar atinada dado que trabajan para "el peluca" que hizo de su melena una marca registrada.
Otro como mensaje que se esfuerzan por hacerle llegar a los dueños de capital es la idea de que hay abogados y juristas con experiencia trabajando para dar forma al andamiaje legislativo del paquete de medidas que tendría que tratar de aprobar el posible nuevo gobierno.
El objetivo sería el de confeccionar una "ley ómnibus" para llevar a cabo reformas monetarias, cambiarias y del sector público con el mayor reaseguro de que llegado el caso resista amparos judiciales, en otra reminiscencia del comienzo de la era Menem.
La mirada de los libertarios es que "el shock" del supuesto triunfo será tal que será más sencillo lograr apoyos en el Congreso, más allá del número de diputados y senadores propios que consigan. Es la tesis del "fueguito" del ganador al que se le acerca todo el mundo. Los sindicalistas, con el gastronómico Luis Barrionuevo y el albañil Gerardo Martínez a la cabeza, están mostrando el camino.
La promoción de un armado político y económico con ínfulas de ser gobierno acompaña otro movimiento cada vez menos sutil en LLA: el de archivar la promesa de la dolarización rápida de la economía argentina.
En todo caso empezará a quedar como un horizonte de largo plazo mientras se cocina un plan ortodoxo de orden fiscal fuerte que, como anticipó Epstein en una reunión del Grupo Clarín, al comienzo tendrá efectos recesivos. "No hay milagros", completó.
O sea: no habrá dólares de arranque, y sí muy posiblemente en cambio, caída de la actividad económica.
"Mejor que baje la inflación porque a Milei se le van a oponer no sólo el peronismo en la calle, sino también los propios que lo hayan votado y se desilusionen", reflexiona un operador que le está armando reuniones con el sector privado y a esta altura si hay que pagarlas, las paga.
Sin embargo, le vaya como le vaya el 22 de octubre al ultraliberal nadie podrá discutirle que ya ganó. Basta ver que se discute lo que pone en agenda, ya sea el régimen cambiario, la venta de niños, la privatización de los ríos o la dictadura. Y lejos de haber un cuestionamiento, el nuevo consenso político de las tres fuerzas políticas con chances de llegar a la Casa Rosada es que debe irse al equilibrio fiscal.
La tijera anticasta que exagera Milei con su "plan motosierra" corrió el arco a niveles nunca visto, es cierto, pero Bullrich puso a Carlos Melconian para que explique con tono de barrio y desde la zapatería de Valentín Alsina que no hay que gastar por arriba de lo que se recauda, mientras que desde el peronismo el número dos de Sergio Massa, Gabriel Rubinstein, ya adelantó que propone ir por el superávit primario para 2024.
Cuando nadie te presta y la gente se saca de encima la moneda que emitís y quiere los dólares que encima te faltan, tampoco quedan muchas alternativas.