Si hay un dato que la economía puede celebrar por estas horas, es que la incertidumbre de las encuestas fue reemplazada por la certeza de los votos. Lo que podía preocupar el viernes, por ser visto como una tendencia que amenazaba una gestión de gobierno a la que le quedan dos años, hoy es una sombra que quedó sepultada por el pronunciamiento de los ciudadanos a lo largo y a lo ancho del país.
El resultado demostró, una vez más, que no se puede subestimar a la alianza política que lidera Mauricio Macri. Se dijo mucho en estas últimas semanas sobre la fragilidad de los candidatos que habían elegido para enfrentar a Cristina Kirchner. Había dudas acerca de si iban a poder repetir la "magia" de 2015. Los números del distrito traducen un respaldo significativo, aunque no contundente, ya que la insatisfacción que tradujeron los votantes del conurbano es un mensaje que el oficialismo no puede ser pasado por alto. Pero ante la posibilidad de una amplia derrota que auguraban algunos sondeos previos, lo de ayer se transformó en una bocanada de oxígeno que pocos esperaban.
Lo primero que quedó a la vista anoche es que el futuro político de María Eugenia Vidal no solo sigue intacto, sino que resultó potenciado. La gobernadora bonaerense se destacó por dar la cara semana a semana en cada timbreo y en cada visita anónima que hacía cuando una persona le trasladaba un problema. Se expuso como nunca en la campaña electoral, y ganó siempre en el cuerpo a cuerpo.
Las causas judiciales que tienen al entorno de la propia Cristina Kirchner como protagonista, así como a Amado Boudou y Julio de Vido, se volvieron un lastre difícil de remover para Unión Ciudadana. La ex presidenta, sin embargo, dejó a la vista que conserva un liderazgo indiscutido dentro de un sector del peronismo. La importancia de la tercera sección electoral, donde La Matanza vale como una provincia, le alcanzó para disputar el primer lugar en la pelea por la senaduría. Al cierre de esta edición, el conteo mostraba una disputa cerrada.
El lento repunte de la economía, la dificultosa batalla contra la inflación y los aumentos de tarifas no llegaron a bloquear el sendero electoral de Cambiemos. El aval que los bonaerenses le dieron a Vidal en 2015 quedó ratificado en el resto del territorio. La política de obras impulsada en toda la provincia se demostró efectiva y eficiente. Cambiemos le sacó provecho a los años de parálisis, de inundaciones, y de calles de tierra y sin cloacas, al punto de apagar las ilusiones que Sergio Massa y Florencio Randazzo podían mantener de cara al 2019.
Lilita Carrió tuvo una perfomance que la revalidó con creces como candidata y como referente de la alianza gobernante. Pulverizó a Martín Lousteau y le sacó más de 20 puntos a los tres candidatos de la interna kirchnerista, lo que implica luz verde para la gestión de Horacio Rodríguez Larreta.
El radicalismo acertó al estrechar su relación con el PRO de Mauricio Macri. Las victorias alcanzadas en Córdoba y Santa Fe adquieren una relevancia especial por la brecha obtenida a favor, e ilusionan a algunos en Cambiemos con la posibilidad de retomar el control de estos distritos, dos de los más importantes del país.
El armado político en el resto del país también le permitió al oficialismo paladear algunos triunfos que pocos esperaban, como los obtenidos en La Pampa, San Luis, Santa Cruz, Entre Ríos, Neuquén y Corrientes, e incluso la paridad que mostraba anoche el escrutinio en Chaco. Varios gobernadores peronistas deberán revisar su estrategia frente a un discurso de cambio que superó a su propia gestión.
Las PASO no son la herramienta que definirá el nuevo mapa de la política, pero son un buen termómetro. Anticipa el rating potencial que tendrán los candidatos en octubre, e incluso los sufragios que podrían sumar por la tendencia de muchos votantes de elegir a los más votados.
Si el Gobierno logra capitalizar en el Congreso el caudal electoral que recibió en las primarias, estará en condiciones de impulsar una agenda de políticas más ambiciosa. La reforma impositiva y laboral, e incluso la chance de avanzar en un nuevo reparto de fondos con las provincias, deberían dejar de ser un deseo para convertirse en una posibilidad cierta. Las sombras que proyectaban las PASO quedaron minimizadas. Lo que debe aparecer ahora, con más impulso que antes, es la gestión. El país normal hoy está más cerca.