Acá están nuestros candidatos. Los vamos a apoyar con fuerza y equilibrio. No intentó disimular lo indisimulable Eduardo Fellner, el gobernador jujeño que, para no inflar egos en la carrera a 2015, acababa de ser entronizado presidente del PJ Nacional. Detrás suyo, parados uno al lado del otro por orden alfabético para no herir susceptibilidades, estaba el G-7 presidenciable recién formalizado en en el Congreso de Parque Norte.


Con un PJ sacado del freezer por cuatro horas para renovar una cúpula con mandatos prorrogados al límite judiciable, lo perdurable que dejó el cónclave justicialista, a falta de nueva fecha para un reencuentro, fue la presentación de los precandidatos de la Casa Rosada, con el diploma de una Vicepresidencia ad hoc, cargo inexistente minutos antes: el titular de Diputados, Julián Domínguez (que aún esconde sus aspiraciones), el senador Aníbal Fernández; los ministros del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, y de Defensa, Agustín Rossi (otro que no se admite postulante); el gobernador bonaerense Daniel Scioli y su par entrerriano Sergio Urribarri.


A pesar del slogan Unidos somos el futuro de un gran país, el cónclave contó con menos pluralidad de la pretendida por la Casa Rosada. El coqueteo con peronistas díscolos, como el mandatario cordobés José Manuel De la Sota o los puntanos Rodríguez Saá quedó en apenas una cita sin beso de despedida. El regreso de aquellos que se fueron del PJ naufragó ante el temor que la renovación partidaria fuera una mera puesta en escena. El lanzamiento del G7 pareció confirmar los prejuicios.


Relegado del control partidario en los papeles, luego de presidirlo en forma interina pero controlado desde Balcarce 50, Scioli aspira a convertirse en el titular de facto del PJ. Con los laureles de ser el presidenciable mejor cotizado en las encuestas, desembarca en distritos ajenos fotografiándose con sus pares como virtual jefe del peronismo real mientras sobre el aggiornado partido institucional aún pesa la acusación moyanista de ser una cáscara vacía. A 72 horas del Congreso, hoy, el bonaerense viaja al territorio mediterráneo de De la Sota, uno de los ausentes. No parece casualidad.