Todavía esta tarde y a pesar de lo que dicen uno tras otro los voceros sciolistas, los organizadores del que se esperaba fuera (¿o aún se espera que sea?) el primer debate presidencial en la historia Argentina seguían sosteniendo que “confían” en que todos los candidatos participarán de la discusión.
Daniel Scioli todavía no lo dijo con todas las letras: lo último que manifestó sobre si irá o no al debate del 4 de octubre en la Facultad de Derecho de la UBA y a transmitirse en simultáneo por varios canales de TV y portales de Internet fue un “veremos”.
Pero sí lo manifestaron claramente varios de sus voceros: primero el diputado Guido Lorenzino; luego el jefe de Gabinete bonaerense, Alberto Pérez; y esta tarde, el presidente del Banco Provincia, Gustavo Marangoni.
El argumento público que esgrime hoy el sciolismo es que para que el debate sea serio, debe hacerse por ley. “Scioli quiere debatir bajo un marco legal”, dijo Marangoni en declaraciones a radio La Red. “Un candidato se expone ante los ciudadanos en diferentes matices y no solo en un debate presidencial”, agregó. Palabras más o menos, fue casi lo que dijo antes que él Alberto Pérez.
Los equipos de los candidatos, destacan desde Argentina Debate (el grupo de organizaciones que viene promoviendo el debate), participaron de las distintas reuniones preparativas y firmaron un consenso sobre reglas y contenidos del debate en el que, además, reafirmaron que el mismo fue organizado “con transparencia, buena fe, participación y libertad, y en tal sentido, responde a la garantía de equidad”. Todos los equipos participaron en esas reuniones, incluso los de Scioli.
Sin embargo, los voceros de Scioli dicen que el gobernador no va al debate.
En principio, entonces, de los seis candidatos sólo cinco discutirán sus ideas. Y un problema adicional es que al no ir el candidato del kirchnerismo pueda bajarse otro que crea que sólo suma si puede “pegarle” a Scioli. Y que los propios candidatos sigan devaluando el debate. Scioli aùn está a tiempo de desdecir a sus voceros y debatir.