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Donald Trump ha sido un ferviente crítico de la inmigración en Estados Unidos, promoviendo políticas estrictas para frenar el ingreso de migrantes. Sin embargo, la historia de su madre, Mary Anne MacLeod, demuestra que su propia familia encontró un futuro en el país gracias a la migración.
La mujer llegó a Estados Unidos en 1930 desde Escocia con la intención de establecerse y buscar mejores oportunidades.
A pesar de las dificultades, logró obtener la residencia y, años más tarde, la ciudadanía estadounidense, construyendo una nueva vida que eventualmente llevaría a su hijo a la presidencia del país.
Mary Anne MacLeod: la joven escocesa que emigró con solo US$50
Mary Anne MacLeod nació en Escocia y emigró a Estados Unidos en mayo de 1930, según BBC News. Huyendo de las dificultades económicas tras la Primera Guerra Mundial, llegó al país con solo US$50 en su poder.
Su nombre está registrado en los archivos de inmigración de la Fundación Estatua de la Libertad - Isla de Ellis, donde se encuentran los datos de más de 51 millones de viajeros entre 1892 y 1957.
El trabajo de la madre de Trump en Estados Unidos
Desde su llegada, MacLeod trabajó en el servicio doméstico en Nueva York. En los documentos de aduana, su profesión aparece registrada como "doméstica", lo que significaba que trabajaba cocinando y limpiando para familias adineradas. Su hermana Mary Jane también trabajaba en el país en el mismo sector.
Fue en Nueva York donde conoció a Frederick Trump, un inmigrante de origen alemán con quien se casó en 1936, y juntos, iniciaron una familia en Queens y amasaron una fortuna en el negocio inmobiliario. Tuvieron cinco hijos, entre ellos, Donald Trump.
La ciudadanía estadounidense de Mary Anne MacLeod
Aunque Donald Trump ha asegurado que su madre llegó al país como turista sin intenciones de quedarse, los registros muestran que MacLeod buscó obtener la residencia desde su llegada. En 1934, abandonó temporalmente Estados Unidos, pero tramitó un permiso para reingresar, demostrando su deseo de establecerse definitivamente en el país.
Finalmente, en 1942, obtuvo la ciudadanía estadounidense, aunque nunca perdió su vínculo con Escocia. Hablaba gaélico y visitaba frecuentemente la isla de Lewis, su lugar de origen.