

La Agencia Espacial Europea (ESA) ha lanzado la fase de estudio del proyecto piloto HOBI‑WAN, que tiene como objetivo evaluar si en microgravedad es posible producir un polvo rico en proteínas llamado Solein a partir de gases como hidrógeno, oxígeno y dióxido de carbono.
El estudio combina la experiencia espacial de OHB System AG con la biotecnología alimentaria de Solar Foods, bajo el programa Terrae Novae.
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El objetivo es diseñar un sistema compacto y autónomo, apto para operar en la Estación Espacial Internacional y, en el futuro, en hábitats lunares o marcianos. En particular, el experimento pondrá a prueba si la fermentación gaseosa con nitrógeno extraído de urea (en lugar de amoníaco) genera un polvo nutritivo, estable y seguro para el consumo de la tripulación.

Producción de alimentos en microgravedad: el experimento clave
En un biorreactor especialmente diseñado, un cultivo bacteriano recibirá H2, O2 y CO2 a través de cartuchos sellados que evitan fugas y reducen el riesgo de explosiones, un aspecto crítico en ambientes espaciales. Según la ESA, citado por Semana, este sistema permitirá evaluar si es posible generar biomasa proteica estable en condiciones de microgravedad mediante fermentación gaseosa.
Además del suministro de gases, la urea servirá como fuente de nitrógeno para la síntesis de proteínas, reemplazando al amoníaco que se utiliza en la Tierra. Este cambio permitirá analizar si la tecnología puede adaptarse a futuras bases lunares o marcianas, donde los recursos disponibles serán distintos.
Durante los primeros ocho meses, el equipo desarrollará un modelo científico en tierra; luego se fabricará y validará el hardware destinado al vuelo. Solar Foods y OHB adaptarán la tecnología Solein para operar en ingravidez, integrando incubadora, sensores y sistemas de toma de muestras dentro de un compartimento estándar de la Estación Espacial Internacional. acter en ausencia de gravedad.)
Para obtener datos fiables, los astronautas deberán recolectar muestras periódicas que permitan estudiar el comportamiento de la bacteria Xanthobacter en ausencia de gravedad, un paso clave para determinar si la producción de alimentos “a partir del aire” es viable en misiones de larga duración.

Impacto en misiones de larga duración y autonomía espacial
Si la tecnología demuestra ser viable, la producción de alimentos directamente en el espacio reduciría de manera significativa la dependencia del reabastecimiento desde la Tierra y aumentaría la autosuficiencia de las tripulaciones. Este avance sería clave para misiones de varios años, en las que los envíos periódicos simplemente no son una opción.
Además, el sistema podría integrarse al soporte vital de la nave o hábitat, reutilizando gases y residuos generados por los propios astronautas. Esto permitiría un esquema de reciclaje mucho más eficiente que los sistemas actuales de la Estación Espacial Internacional, optimizando recursos y mejorando la sostenibilidad de las misiones de larga duración.
“Con este proyecto, la Agencia Espacial Europea está desarrollando una capacidad clave para el futuro de la exploración espacial”, explicó Angelique Van Ombergen, científica jefe de exploración de la ESA.









