

El paracetamol o acetaminofén es uno de los analgésicos y antipiréticos más utilizados del mundo. Su uso durante el embarazo se considera seguro en la mayoría de las guías médicas, aunque en la última década circularon versiones que lo relacionaban con un mayor riesgo de autismo en los niños.
La hipótesis ganó visibilidad con investigaciones observacionales que mostraron correlaciones, con demandas judiciales en los Estados Unidos y, más recientemente, con declaraciones de funcionarios de la administración de Donald Trump, que pusieron el tema en la agenda política y mediática.
Qué dicen los estudios científicos más recientes
Un estudio publicado en JAMA en 2024, con datos de 2,48 millones de nacimientos en Suecia, analizó el vínculo entre paracetamol en el embarazo y autismo, TDAH o discapacidad intelectual. Cuando los investigadores compararon hermanos expuestos y no expuestos, el efecto desapareció: no hubo asociación causal.

El Instituto Nacional de Saludestadounidense respaldó estos resultados al destacar que los pequeños aumentos de riesgo vistos en otros trabajos probablemente se debían a factores de confusión, como fiebre materna o antecedentes familiares. En paralelo, un equipo de Mount Sinai en 2025 revisó más de 45 estudios y concluyó que la evidencia es inconsistente y no permite afirmar causalidad.
Qué dicen las guías médicas
La Asociación Estadounidense de Ginecólogos y Obstetras considera que el paracetamol sigue siendo seguro en embarazadas, siempre en la dosis mínima y durante el menor tiempo posible. Lo mismo sostienen la Sociedad de Obstetras y Ginecólogos en Canadá (SOGC) y el Servicio Nacional de Salud en Reino Unido.
El consenso internacional es claro: no hay razones para prohibir el uso del medicamento en el embarazo, aunque se aconseja prudencia y supervisión médica.

Rumores, juicios y política en Estados Unidos
El rumor sobre el vínculo entre paracetamol y autismo se alimentó de estudios preliminares, de su difusión mediática y de las demandas colectivas en EE.UU. contra fabricantes de acetaminofén. En 2023, una jueza federal rechazó los testimonios de los peritos por falta de rigor científico, debilitando los casos judiciales.
En septiembre de 2025, funcionarios del gobierno de Donald Trumpreactivaron el debate al afirmar que el consumo de Tylenol durante el embarazo podría aumentar el riesgo de autismo y al impulsar la promoción de la leucovorina como tratamiento experimental, de acuerdo a la agencia Reuters.
La comunidad médica criticó estas afirmaciones por carecer de evidencia robusta y por el riesgo de desincentivar el tratamiento de la fiebre en embarazadas. De este modo, un tema científico inconcluso se transformó en un arma política que refleja cómo la salud pública puede ser utilizada en el terreno de la disputa electoral.









