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La reina consorte de los Países Bajos, Máxima Zorreguieta, volvió a dar qué hablar en un evento diplomático de alto perfil. La decisión fue aplaudida por algunos, pero también generó críticas entre sectores más conservadores de la realeza neerlandesa.

El pasado lunes 12 de mayo, la reina Máxima fue anfitriona junto al rey Guillermo Alejandro en la cena anual del Cuerpo Diplomático, celebrada en el Palacio Real de Ámsterdam.

Este evento, organizado por la Casa Real de Orange-Nassau, tiene como objetivo fortalecer las relaciones internacionales y fomentar vínculos entre representantes diplomáticos y figuras del arte y la cultura. En esta edición, participaron más de 200 invitados, entre embajadores y personalidades culturales.

Corona holandesa: ¿Qué hizo la reina Máxima?

Para la ocasión, la reina consorte eligió un vestido de gala de la firma Jantaminiau, del reconocido diseñador neerlandés Jan Taminiau. El diseño en cuestión es un vestido cruzado de manga larga en tono rosa pastel, con bordados dorados y blancos en la cintura, puños y escote.

La prenda fue estrenada por primera vez en 2010 durante el Prinsjesdag (Día de la Princesa), y volvió a lucirlo en 2011 en una visita oficial a Qatar.


Este gesto de reutilizar atuendos de alta costura se enmarca en el firme compromiso de Máxima con la moda sostenible y circular, una postura que mantuvo durante sus 23 años en la familia real neerlandesa.

Sin embargo, la repetición del vestido causó sorpresa y cierto rechazo en círculos tradicionales de la monarquía, donde se espera que los atuendos reflejen estatus y novedad en cada aparición pública.

¿Cómo fue vestida la reina Máxima?

El look se completó con sandalias plateadas de Schutz, un clutch con brillos de Dior y, como pieza central, la histórica Antique Pearl Tiara, con diamantes y perlas en forma de pera. Esta tiara fue utilizada por primera vez en 1900 por la reina Guillermina y ha sido heredada por generaciones hasta llegar a la actual reina Máxima.

Apenas un mes antes, la reina también había llamado la atención en un banquete de estado por la visita del sultán de Omán. En esa ocasión, lució un diseño blanco bordado de la firma Mahpara Khan y la Württemberg Ornate Pearl Tiara, otra joya histórica de la familia real.

La reina consorte se ha convertido en ícono de la moda responsable dentro de la realeza europea, demostrando que el estilo y la sostenibilidad pueden convivir en la alta costura. Aunque su decisión fue cuestionada por algunos sectores, también fue celebrada por defensores del medio ambiente y del consumo consciente.