Melbourne, la capital del estado de Victoria en Australia, mantiene un sistema de tranvías único por su extensión y uso cotidiano. Sus vehículos circulan tanto por el centro como por barrios residenciales, integrando una flota de alrededor de 500 unidades que conviven con nuevas unidades de piso bajo y modelos articulados de largo recorrido.
El impacto para la ciudad es evidente: más de 150 millones de viajes anuales sitúan al tranvía como una columna vertebral del transporte urbano. La red no solo mueve personas, sino que define accesibilidad, turismo y diseño urbano; sus paradas y frecuencias influyen en el uso del suelo y la oferta comercial a lo largo de la ciudad.
Historia y modernización del tranvía de Melbourne
El sistema nació a finales del siglo XIX y ha evolucionado manteniendo elementos patrimoniales mientras incorpora tecnología: desde la regeneración de vías hasta la introducción de tranvías de alta capacidad con sistemas de acceso rápido. La convivencia entre vehículos históricos y flotas modernas ha sido clave para mantener la identidad urbana y mejorar la operatividad.
La modernización incluye mejoras en la frecuencia, señalización prioritaria en cruces y proyectos de accesibilidad para reducir las barreras al subir y bajar. Además, la gestión del servicio ha incorporado datos operativos en tiempo real para optimizar recorridos y reducir tiempos de espera.
Su increíble cobertura y cifras operativas
La red cubre más de 24–25 rutas con cerca de 1600 paradas distribuidas en unos 250 km de vía doble. Esa cobertura se traduce en una oferta diaria intensa: miles de servicios que conectan el centro con suburbios y zonas costeras, manteniendo el tranvía como una opción competitiva frente al automóvil.
Las cifras reflejan también retos: congestión en horas pico, necesidad de renovación de algunos tramos y la demanda de ampliar la accesibilidad. Los planes recientes priorizan la renovación de paraderos y la incorporación gradual de más unidades de bajo piso.
Por qué se le considera avanzado
Se trata de una combinación de escala, uso y adaptación tecnológica: flota numerosa, alta demanda anual y mejoras constantes en operación y experiencia del pasajero. El tranvía aquí es más que un transporte: es una pieza del paisaje urbano que sigue adaptándose a las necesidades contemporáneas.
La ciudad demuestra que una red histórica puede transformarse sin perder su carácter, manteniendo niveles de servicio que la colocan entre las más intensamente utilizadas del mundo.