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Estados Unidos mantiene vigente una estrategia internacional para capturar a Nicolás Maduro, a quien acusa de liderar un régimen ligado al narcotráfico, violaciones de derechos humanos y corrupción. La administración norteamericana lo ha calificado como "enemigo de la humanidad" y sostiene que su permanencia en el poder representa un riesgo para la estabilidad regional.

Desde 2020, el Departamento de Justicia de EE.UU. emitió cargos contra Maduro y otros altos funcionarios de su gobierno, acusándolos de conspirar con grupos armados para el tráfico de drogas hacia territorio estadounidense.

En este sentido, el Departamento de Estado ofreció hasta 15 millones de dólares como recompensa por información que lleve a su arresto.

¿Cuál es el plan de EE.UU. para capturar a Nicolás Maduro?

Estados Unidos ha intensificado sus acciones contra Nicolás Maduro bajo la administración Trump, al argumentar que el mandatario venezolano lideraría una red de narcotráfico y terrorismo. En agosto de 2025, se duplicó la recompensa por información que conduzca a su captura, elevándola a 50 millones de dólares.

En paralelo, se desplegó una flota naval significativa en el Caribe: entre seis y ocho buques de guerra, submarinos nucleares y aproximadamente 4.000 efectivos militares, incluidos más de 2.000 marines.

Aunque oficialmente se enmarcó como operativo antidrogas, varios analistas interpretan esta movilización como una estrategia concebida para presionar al régimen y posiblemente facilitar la detención de Maduro.

Para EE.UU. Nicolás Maduro es un "enemigo de la humanidad"

En una sesión reciente de la Organización de los Estados Americanos (OEA), la representante de EE.UU., Hillary Renner, calificó al régimen de Nicolás Maduro como un "enemigo de la humanidad", usando un lenguaje excepcionalmente fuerte para describir al gobierno venezolano.

Según la acusación formal, Maduro habría coordinado durante años el envío de toneladas de cocaína hacia Estados Unidos, en alianza con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Washington sostiene que el mandatario venezolano es responsable de crímenes transnacionales y lo considera un obstáculo para la paz y la democracia en América Latina.