Cuando se piensa en una novela, la estructura típica de introducción, nudo y desenlace es tan común como imaginarse los personajes, los giros y los capítulos escritos en prosa. No obstante, ¿quién dice que los géneros son estáticos, canónicos? ¿Acaso no están para romperse?
La novela de Juan Papasidero, “Una lengua demencial”, rompe todos los preconceptos de la estructura habitual del género más leído de la literatura. Su concepción está ligada a un joven escritor y poeta que vuelca las memorias que tiene de su abuela, quien padece Alzheimer. Sin embargo, lo hace en un formato híbrido, innovador: una combinación ingeniosa entre el verso y la prosa, entre la poesía y la novela, un tejido de recuerdos, reflexiones filosóficas y mircorelatos.
La trama, similar a una novela “Frankenstein” o de orquesta fragmentada se reconstruye con los pedacitos de recuerdos que fue evocando de su infancia y que se relacionan íntimamente con el vínculo con su abuela y con las fantasías que él cree o piensa que son recuerdos de esos momentos familiares. En cada hoja entremezcla la comunicación entrecortada, característica de la enfermedad que se mantiene con quien padece esta condición neurodegenerativa.
“La pregunta del libro un poco es cómo llegué a la escritura y esa pregunta, esa historia se cruza con la historia de mi abuela y de su enfermedad. De su Alzheimer. Por eso el título del libro es Una lengua demencial”, explica Juan a este medio.
Además, precisa que la novela presenta dos cuestiones: “el tema de la aparición de la lengua, en mi caso de la escritura, que va de la mano con el inicio del duelo por la partida mental de mi abuela”.
Así, el título del libro alude a la lengua como instrumento de pensamiento y comunicación, y cómo esta se ve afectada por el Alzheimer. Papasidero explica que la escritura y la lengua se cruzan con la historia de su abuela y su enfermedad, que duró seis años. Por lo tanto, la novela nace de la necesidad de dar cuenta de la imposibilidad de comunicarse plenamente, un reflejo del vacío que dejó dicha despedida mental.
El libro no es una novela tradicional con una trama lineal, sino un tejido de fragmentos, poesía, microrelatos y reflexiones filosóficas. Esta estructura refleja la naturaleza fragmentada de la memoria y el recuerdo en el Alzheimer.
La obra escenifica espacio en donde la lengua de la enfermedad y la lengua poética se entrelazan, creando un juego de sentidos interesante para el lector.
“La escritura me permitió explorar el duelo caótico y desordenado que viví con mi abuela”, dice Juan, quien sabe que su primera novela es también una forma de reconstruir recuerdos, de buscar y evocar momentos perdidos, y de construir una memoria que la enfermedad corrompió. “Escribo lo que recuerdo y escribo para recordar”, resume Papasidero, pocas palabras.
El proceso de escritura fue un camino de descubrimiento, en el que la novela fue tomando forma a partir de fragmentos y textos híbridos. La obra refleja la libertad creativa que encontró el Juan al combinar lo autobiográfico con lo literario, experimentando con la forma y la estructura narrativa. El objetivo parece ser desafiar las expectativas del lector sobre “qué es una novela”.
Su obra es “una novela que defrauda”, el lector no debe esperar una historia clásica con principio y fin, sino que debe estar abierto a encontrar esa estructura típica de la poesía, en la cual reina desorden.
La forma del texto parece buscar imitar ese intento de comunicación con una persona que lleva la enfermedad de Alzheimer, de forma fragmentada, pero expuesta desde el duelo y con una perspectiva poética. “Es esa coincidencia entre la escritura cortada en verso y la forma de comunicarme con mi abuela”, anticipa Papasidero, dueño de esta obra que es testimonio íntimo y artístico sobre la memoria, la pérdida y la escritura.
La génesis del libro estuvo marcada por la primera vez que el Juan se sentó a escribir poesía tras asumir la ausencia mental de su abuela. En ese momento, la escritura se convirtió en un disparador personal, un modo de expresar el duelo y la confusión que la enfermedad genera. Por eso, Papasidero comenzó a escribir oraciones cortadas, fragmentadas, que imitan la forma entrecortada en que su abuela se comunicaba.
El libro trata de dar cuenta de cómo el autor comenzó a escribir y “cortar en verso”, una práctica en la que cayó por esa imposibilidad de la comunicación, de la partida de esa abuela que inminentemente se estaba yendo.
Cada recuerdo vivido intensamente que aparece en la novela forma parte de pequeños fragmentos de recuerdos (y fantasías por faltas de recuerdo) expresados en forma de poesía. Con una labor de “doctor Frankenstein” fue uniendo e hilando poco a poco hasta darle vida a una especie nueva de novela.
La nostalgia propia de la novela se vive también en la elección de los subtítulos, los cuales se muestran como nombres de conocidos tangos, es decir, del género perfecto para expresar la melancolía y añoranza del pasado. En síntesis, cada una de las páginas de “Una lengua demencial” presenta la historia con un aderezo del “delirio y con el jugar con las cosas de la infancia”.
Este autor nacido en Lomas de Zamora presenta hoy a las 17.30 su primera novela en Musseta, Billinghurst 894, CABA. En la presentación participarán Ivonne Bordelois y María Malusardi. Habrá un show de bandoneón a cargo de Lucía Coggiola.
Juan también es autor de los libros de poesía Lapsus Linguae y (La) Poieticosa.
