


PICADO GRUESO, DE JUAN SASTURAIN
(SUDAMERICANA)
En esta colección de cuentos futboleros, corregida y también aumentada (con la inclusión del portentoso relato titulado “Campitos”), Sasturain documenta aquello que sostenía en sus años de joven recién llegado a Buenos Aires: lo suyo en la vida iba a tener que ver con la literatura y el fútbol. En Letras (y en una obra radiante, que cuanto más se dispersa en términos genéricos resulta más personal, más, diríase, sasturánica) le fue bastante mejor que en la prueba que hizo en San Lorenzo y en su breve paso por Lanús. Colgó los botines enseguida, se pasó a este otro rectángulo de juego y estos relatos son la evidencia palmaria (como diría un relator atascado en el lugar común) de lo bien que hizo.

ANTOLOG A DE LA CRÓNICA LATINOAMERICANA, AUTORES VARIOS
(ALFAGUARA)
Un lector que busque materiales que lo entretengan, lo asombren, le hablen de mundos extraños que están enfrente de sus narices, un lector que busque textos escritos por gente que le da importancia a que ese lector no se aburra, ese lector va sobre seguro si lee la crónica latinoamericana actual.
Entre los grandes capítulos de la crónica latinoamericana se encuentra la violencia (el cronista, a menudo altavoz de la víctima, se sitúa a veces fuera de la moral convencional para poder oír las razones del asesino o de quien usa a los niños como objeto sexual). Pero la crónica cuenta también con un territorio apacible, como lo muestran las que hablan de héroes literarios (Borges, Monsiváis, Pavese...), ídolos de masas (Gardel, los Rolling Stones o un futbolista estrella), historias de vidas anónimas o insólitas (como las inmersiones en la vida de alguien con el salario mínimo, o en el mundo del intercambio de parejas).

LA CARNE DE EVITA, DE DANIEL GUEBEL
(MONDADORI)
Dice Antonio Cafiero que “el peronismo da para todo”, y Daniel Guebel se toma la libertad de demostrarlo en este cuarteto justicialista que observa paradas en la ciudad utópica peronista, el Monumento al Descamisado, unos mates con el General, Evita, Isabel y los montoneros, y aquella inusitada página en la que la abanderada de los humildes enseña por fin sus atributos. Dos novelas cortas, un cuento y una obra de teatro que recorren como no se había hecho desde Copi (o desde Herminio Iglesias) los límites del peronismo como mitología imperfecta. De la santa a la puta, en La carne de Evita se juntan y mezclan los extremos del fanatismo y la fe, el derrumbe y la salvación, alrededor del cuerpo enloquecedor de la mujer más amada y odiada de los argentinos.

VIAJES Y OTROS VIAJES, DE ANTONIO TABUCCH
I (ANAGRAMA)
“Soy un viajero que nunca ha hecho viajes para escribir sobre ellos, algo que siempre me ha parecido una estupidez. Sería como si uno quisiera enamorarse para poder escribir un libro sobre el amor.” Pero lo indudable es que Antonio Tabucchi ha viajado mucho. Y que ha escrito acerca de sus viajes. Textos con destinos de lo más variado y con un efecto hasta ahora inevitablemente dispersivo. Este libro invierte tal tendencia, pasando lista a los lugares visitados y revisitados. Y a las escrituras que los han relatado. Remodelándolas. Y el resultado es una obra muy especial, que sobre el mapa del mundo despliega el mundo contiguo de las vastas lecturas que han anticipado, provocado y acompañado siempre esos viajes.
Los lugares son nombres, etapas, residencias. Pero lo que más importa es la civilización de mirar, de rememorar y de relacionar los lugares con la gente. El ir y el demorarse. El descubrir, junto a su belleza, la diversidad del mundo. De esta forma, vemos a Antonio Tabucchi sentado en el zócalo de la estatua del abate Faria en Goa, en la India; delante del templo de Poseidón, en el Cabo Sunión, en Grecia; en el “cementerio marino” de Sète, en Languedoc. Y allí, con él, compartimos la reminiscencias de El conde de Montecristo, los versos de Sophia de Mello Breyner, el “mar que se repite” de Paul Valéry. Lo vemos de noche atisbando las grandes estatuas barrocas de Aleijadinho en Congonhas do Campo, en Brasil, o dejándose inspirar por Cortázar en las salas de Paleontología del Jardin des Plantes, en París. Y además se vuelve presencia afectuosa cuando nos acompaña con sencillez mientras subimos por determinada calle, una pequeña calle de “su” Lisboa y nos muestra la evidencia de un sentimiento de comprensión no inmediata, como la saudade.

EL COLOR DEL RIO, HISTORIA CULTURAL DEL PAISAJE DEL RIACHUELO
(Coedición Universidad Nacional de Quilmes / Prometeo 3010)
El Riachuelo pudo ser un Támesis para Buenos Aires: reunió durante mucho tiempo la actividad portuaria e industrial de la ciudad y muchos proyectos, hoy olvidados, lo imaginaron como un lugar central para su desarrollo. El Riachuelo actual, un canal marginal de aguas muertas cruzando los terrenos bajos que una vez constituyeron su lecho, enlaza todavía viejas historias y mitos recientes, a través de los testimonios materiales de sus orillas: casitas de chapa, almacenes y fábricas derruidas, huellas de brazos no cegados, puentes de hierro, viejas lanchas, restos de barcos, y aun el verde que se abre paso con obstinación en los terrenos vacíos.
¿Cómo se produce un paisaje industrial? Este libro relata la biografía del Riachuelo como paisaje, a través de materiales tan diversos como los elementos que lo constituyen: los proyectos de canalización y las polémicas portuarias; el asentamiento inmigrante vinculado con las tareas del mar; la vida de los grandes frigoríficos, de las novedosas metalúrgicas, de las usinas eléctricas; la circulación a lo largo y a través del río, con sus complicados dispositivos técnicos -puentes móviles, transbordadores, puentes tranviarios y ferroviarios-; las voluntades de saneamiento del poder público, que define diferencias tajantes entre las dos orillas; las representaciones literarias, arquitectónicas y, en especial, pictóricas, que condensaron el sentido del paisaje en un recodo del río, el barrio de La Boca, rive gauche para la bohemia artística durante mucho tiempo, convertido hoy en postal típica de la ciudad.

POEMAS 1969-1985, DE OSVALDO LAMBORGHINI
(MONDADORI)
Gracias a César Aira, este libro reúne la obra poética de Osvaldo Lamborghini. No es probable que uno pueda encontrar en la poesía argentina de las últimas décadas una obra más consistente. A la inusitada y singular coherencia temática “que incorpora mitologías personales y dosis de poesía política, de psicoanálisis, de gauchesca, del surrealismo mejor asimilado# hay que añadirle la búsqueda formal de un escritor atento siempre a las inflexiones orales y a su propagación y combinación en la página.
Desobediente a todo y a todos, el autor encuentra el poema #una desgracia pasajera” y lo convierte en un arma secreta. O lo somete a una violencia textual que poco tiene en común con las “transgresiones” de los escandalizadores profesionales. El poeta frente a su cuaderno con su caligrafía. Lamborghini vuelve real como ningún otro ese acto a la vez doméstico y perturbador.
Ante esa materialidad a la vez suficiente y escasa, ante la repetición abstraída, el que escribe debe reaccionar cada vez de manera distinta. Para desconcertar, para prever un lector único al final de la oscuridad, para no encontrar la señal de consentimiento del "hombre de letras". Generoso, fatal, imprescindible, Lamborghini se nos presenta como epítome y adalid del poeta sólo para inventarse en un más allá muy próximo “el encabalgamiento que falta” la identidad socarrona del que lee, entre líneas, esa carta de amor/odio que sólo el estilo hace posible. Una carta definitiva.

ARTIGAS, DE PACHO O’DONNELL
(PLANETA)
Aunque la historiografía liberal insiste en recordar a José Gervasio de Artigas como el artífice de la independencia de la República Oriental del Uruguay, lo cierto es que, en realidad, el caudillo fue el representante más vigoroso de un proyecto de organización federal, popular y latinoamericanista para las Provincias Unidas del Río de la Plata, que en tiempos de Mayo incluían los actuales territorios de la Argentina, Uruguay, Bolivia y Paraguay. Su inflexible convicción lo enfrentó con el elitista y extranjerizante unitarismo porteño que abogaba por la hegemonía del puerto sobre las provincias. Férreo defensor del sufragio universal cuando ninguna sociedad del planeta practicaba el voto popular, llevó a cabo la primera reforma agraria de toda Latinoamérica.
La historia ha denominado “revolución” a las jornadas de mayo de 1810, aunque no fueron en verdad una revolución porque les faltó el protagonismo del pueblo. Este irrumpe en 1811, conmovido, turbulento, junto a José Gervasio de Artigas, el primer revolucionario del Plata. Obligado a combatir sin apoyo ni medios contra los colonialistas españoles y contra la invasión portuguesa desde el Brasil alentada por Gran Bretaña, debió defenderse, al mismo tiempo, de las tropas enviadas desde Buenos Aires y de las intrigas urdidas por triunviros y directores supremos, que no dudaron en poner precio a su cabeza. Exiliado en Paraguay, el “Protector de los Pueblos Libres” murió pobre, acallado su ideario por el centralismo triunfante, pero respetado por San Martín y los caudillos provinciales, y recordado siempre por su pueblo.
En este libro, Pacho O’Donnell nos devuelve la real dimensión histórica de Artigas y recupera la plena vigencia de su pensamiento, en tiempos en que la unidad latinoamericana es más que una esperanza. El doloroso exilio del caudillo rioplatense parece, por fin, estar terminando.

LA TEJEDORA DE SOMBRAS, DE JORGE VOLPI
(PLANETA)
Premio iberoamericano de narrativa Planeta-Casamérica 2012
Cuando se encuentran en Nueva York en 1925, Henry Murray es un ambicioso médico de Harvard casado con una rica heredera de Boston, y Christiana Morgan, una tormentosa estudiante de arte, esposa de un veterano de guerra.
Atraídos por una fuerza que los sobrepasa, los dos viajan a Suiza para ser analizados por Jung, quien sumerge a Christiana en profundos estados de trance. Las visiones de la joven, fielmente dibujadas en sus cuadernos, se convertirán en el punto de partida de un experimento en busca del amor absoluto que se prolongará durante los siguientes cuarenta y dos años.
La tejedora de sombras es el retrato de una mujer que se empeñó en confrontar el universo masculino de su época, y el inquietante recuento de una obsesión llevada hasta el límite.

LA PULSION DE LA MUERTE, DE JED RUBENFELF
(ANAGRAMA)
Nueva York, 1920. Las calles de Manhattan hierven de resentimiento y confusas pasiones, y el 16 de septiembre, a las doce y un minuto, estalla una bomba en Wall Street ante las puertas del banco de J. P. Morgan. A pocos metros de la escena del crimen están Stratham Younger, el joven médico y discípulo de Freud, y Jimmy Littlemore, el detective de la policía de Nueva York, que protagonizaron La interpretación del asesinato. Stratham se ha citado allí con el detective porque la hermosa y desesperada Colette, discípula de Madame Curie, tiene algo que contarle. Y lo que sabe quizá sea la primera pista que permita descifrar el horror desencadenado ante ellos...

ENCUENTROS, EL LADO B DEL AMOR, DE GABRIEL ROLON
(PLANETA)
“No es cierto que el amor todo lo puede. No es cierto que el que ama no puede engañar. No es cierto que a la relación amorosa no haya que ponerle condiciones. No es cierto que el amor y el deseo vayan siempre de la mano. Pero decir que todo esto no es cierto no implica que sea imposible”, escribe Gabriel Rolón en el epílogo de su nuevo libro.
Y es que, en contra de lo esperable —y esperado— de un libro sobre el amor, Encuentros se mete de lleno en los pliegues de un tema tan viejo como la humanidad: los celos y el deseo, la infidelidad, la pareja y la sexualidad, las relaciones entre padres e hijos, el enamoramiento y la ilusión vana de lo “eterno”. Así, este “lado B del amor” cuestiona esos lugares comunes que atraviesan el decir cotidiano y que, más de una vez, nos hacen tomar decisiones equivocadas que nos precipitan hacia la angustia, el dolor y la desilusión.
Sin embargo, lejos de una postura cínica o sombría, la siempre lúcida y aguda mirada del autor de Historias de diván arroja luz y hace de Encuentros —fruto de un ida y vuelta, cara a cara, entre el autor y sus lectores— un material indispensable para entender que, a pesar de sus asperezas, el amor es, sin lugar a dudas, el motor más importante de la vida.













