Ana Simonato no conocía la Argentina. Ahora espera, sin embargo, que comience la entrevista pactada para las 9.30 en las oficinas de Chevron, sobre el barrio de Núnez. Desde agosto de este año, mes en el que aterrizó al país, la ejecutiva lleva adelante los negocios de la compañía en la Argentina, donde ejecuta una inversión de u$s 500 millones para el desarrollo de sus áreas en Vaca Muerta.

Simonato nació y vivió en Venezuela hasta los 28 años, cuando decidió emigrar a los Estados Unidos, durante el cuarto año del gobierno de Hugo Chávez. Ingeniera química, en aquel entonces todavía trabajaba en la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PdVSA). “Apenas me mudé me di cuenta de que no era tan fácil conseguir un trabajo de ingeniero en Estados Unidos”, recuerda en su charla con APERTURA.

Mientras aplicaba a diferentes búsquedas, se metió en el negocio de sus tíos que vivían en Orlando, una compañía de importación de mariscos que al poco tiempo cerró sus operaciones en el país. Durante tres años probó diferentes cosas: trabajó como personal de limpieza en hoteles, como vendedora en una compañía de alquileres de autos y como supervisora en una empresa de agricultura.

“En 2006 me contactó un recruiter y me invitó a una entrevista con Chevron en California, justo el día de mi cumpleaños”, dice.

Ese año se incorporó a la compañía y desde entonces ocupó posiciones de creciente responsabilidad dentro de los Estados Unidos: comenzó como ingeniera de petróleo, fue Sponsor de Gestión de Petro-Tecnología Empresarial, gerente general de Tecnología y Servicios Empresariales para el Golfo de América, y ocupó varias posiciones de liderazgo en el Permian Basin donde fue gerente de Planificación de No Convencionales. Luego se mudó a Midland, ciudad en Texas, para hacerse cargo de la parte operativa de Delaware Basin, una de las áreas productivas dentro del Permian.

“Fui el gerente ejecutor de todo el Permian, manejaba los 20 taladros que teníamos, alrededor de unos 2 billones de dólares”, dimensiona.

Tuvo, además, un rol clave en el equipo de integración de PDC Energy, petrolera independiente de shale que Chevron adquirió en 2023, por u$s 7600 millones. El Permian es el mayor polo de shale del mundo. Tiene una superficie de 220.000 kilómetros cuadrados que se extienden por el sudoeste de los Estados Unidos. En otros términos: siete veces Vaca Muerta.

Ahora la nueva CEO tiene el desafío de liderar el negocio de Chevron en la Argentina. Su designación responde a una reestructuración de la compañía a nivel global para optimizar y simplificar sus operaciones. De hecho, se trata de un cargo recientemente creado, ya que anteriormente el país estaba integrado dentro de las operaciones de América latina. Con este cambio, Chevron deja de organizarse por regiones y pasa a hacerlo por unidades de negocio. La estructura de petróleo, productos y gas de la empresa constará de dos segmentos separados: upstream, por un lado, y downstream, midstream y productos químicos, por el otro.

“Mi objetivo es impulsar el negocio de Chevron en Argentina. El país representa crecimiento para la compañía porque nuestros yacimientos acá son muy ricos, hay mucha productividad. Ahora nuestro principal desafío es ser competitivos. Buscamos tener escala para crecer y abaratar costos. Todavía estamos muy lejos de los niveles de costos con respecto al Permian. Pero no es sólo Chevron, es la industria. Necesitamos mayor nivel de infraestructura: tienen que existir los canales de exportación para petróleo y gas. Y todavía esas son cosas que se están desarrollando en Argentina”, explica.

Prensa Vista

Las operaciones de Chevron en el país incluyen la exploración y el desarrollo de recursos no convencionales de petróleo y gas de la formación Vaca Muerta en la provincia de Neuquén. Pionera en el desarrollo del yacimiento tras los acuerdos que firmó con YPF en 2012, actualmente, la compañía opera y posee el bloque El Trapial, adquirido en 2022 y donde tiene un programa de inversiones de u$s 500 millones anunciado en 2023.

Tras la concesión no convencional, Chevron posee ahora dos bloques de su propiedad y operación total en El Trapial: El Trapial-Curamched -concesión convencional- y El Trapial-Este -concesión no convencional-, que cubren un área acumulada de 450 kilómetros cuadrados. Además, a través de otras subsidiarias, la petrolera posee una participación no operativa del 50% en las concesiones Loma Campana y Narambuena mediante una alianza con YPF.

“Ahora nos estamos moviendo del convencional al no convencional. Dije que para diciembre íbamos a llegar a 30.000 barriles y ya estamos en ese número”, adelanta. “Buscamos conectar lo que sabemos de Estados Unidos con Argentina. Aunque llevamos muchísimos años en el país, nuestra actividad acá ha sido un poco más lenta. Allá hemos invertido a gran escala, ahora la pregunta es cómo podemos traer las lecciones de allá e implementarlas acá”, agrega.

La compañía tiene participación en tres oleoductos de exportación: Oleoductos del Valle (Oldelval), Oleoducto Trasandino Argentino (OTASA) y recientemente se unieron al consorcio VMOS para el desarrollo del Proyecto de Oleoducto Vaca Muerta Sur, un sistema de oleoductos de exportación de petróleo desde el yacimiento a diferentes regiones.

Según detalla la empresa en su reporte anual, la producción mundial neta de petróleo equivalente de Chevron en 2024 fue de 3,3 millones de barriles por día, un 7% más alta que en 2023, principalmente debido a la incorporación de la producción de PDC Energy y al crecimiento en la Cuenca Pérmica, y estima que su producción durante este año aumente entre un 6% y un 8% respecto de 2024.

“Nunca le he temido a los desafíos. He trabajado en muchísimas partes para llegar a donde estoy. Siempre busco cosas extraordinarias, no me gusta ser una más, sino hacer las cosas diferentes”, cierra la ejecutiva.