La presidenta reelecta de Brasil, Dilma Rousseff, anunció que recortará los gastos y hará un ajuste fiscal en su segundo mandato, que inicia el 1 de enero.
En la primera entrevista con periodistas de diarios, prometió apretar el control de la inflación, desestimó reducir la meta por debajo del 4,5%, se negó a hablar sobre tasa de interés y afirmó que el país que enfrentó mejor la crisis internacional fue el pragmático Estados Unidos, que hizo todo lo que decía que no tenía que hacerse: salvó a los bancos, las empresas privadas y ejecutó una expansión monetaria.
Dilma señaló que dará los nombres de quienes participarán de su futuro equipo económico cuando regrese del encuentro del G-20, en Australia. La mandataria no se comprometió con una fecha precisa para hacer los anuncios.
La política económica de los próximos cuatro años podrá ganar contornos más ortodoxos, aunque no dio señales de un cambio de rumbo. “Vamos a hacer una política de control de la inflación que tenga en cuenta el hecho de que no vamos a desemplear en este país. Ponga eso en la cabeza”, dijo Dilma.
El segundo mandato llevará adelante el proyecto de regulación económica de los medios de comunicación, que será enviado al Congreso en el segundo semestre de 2015. “Libertad de prensa es una de las piedras fundadoras de la democracia” y no puede confundirse regulación económica con control de contenidos.
Sobre las denuncias de corrupción en Petrobras, garantizó que “no voy a encajonar nada, no voy a presionar para que no se investigue y quiero a todos los responsables debidamente castigados”.
Con buen humor, a pesar de la fiebre que tuvo durante tres de los cuatro días de vacaciones en Bahía, la presidenta mostró los paneles de la pintora Djanira que colocó en su despacho. La entrevista que concedió a periodistas que eligió personalmente se realizó en el despacho presidencial.