Las crecientes incertidumbres con respecto a la economía se ven en las proyecciones sobre el crecimiento para 2015 en Brasil. El mercado estima una expansión de 1,2% en el Producto Bruto Interno (PBI), en promedio, con proyecciones que van de un retroceso de 0,5% a un avance de 2,5%.
Considerando los años electorales, el grado de dispersión entre esas expectativas solo no supera al de 2002. A mediados de agosto de aquel año, analistas consultados para el Boletín Focus esperaban un aumento de entre 0,5% y 4% del PBI en 2003.
Otra medida que los economistas consideran más fidedigna que la distancia entre los extremos apunta en la misma dirección. La serie de expectativas del Banco Central (BC) mostró un desvío de 0,53 puntos porcentuales en las previsiones sobre el desempeño de la economía el próximo año. Cuanto más alto es ese indicador, más dispersas son las previsiones en relación al promedio, que, de acuerdo con el Focus, cuenta con un crecimiento de 1,17% en 2015.
Según especialistas, es natural que sea inferior el consenso con respecto a las perspectivas para el mediano plazo en años de elección presidencial, pero la disputa más dura de este año puede haber exacerbado la diferencia entre el piso y el techo de las proyecciones. La necesidad de ajustes en la política económica representa otro punto de divergencia en los escenarios, porque puede generar diferentes resultados, dependiendo de su intensidad.
Finalmente, el ambiente externo se ve como una fuente de ayuda a la actividad doméstica, o como otro elemento de volatilidad. Algunos analistas dan más peso a la recuperación de la economía estadounidense en las proyecciones y, por eso, trabajan con la idea de una aceleración de las exportaciones en 2015. Por otro lado, se evalúa que cuando la Fed comience a subir la tasa de interés habrá un impacto negativo sobre la actividad.
Desde 2008, la Fed solo corta la tasa de interés. Cambiar de mano será un evento muy importante. Aunque exista la expectativa de que eso suceda en algún momento, nadie sabe cuándo será, dijo Marcelo Carvalho, economista jefe del BNP Paribas.
Según Carvalho, la perspectiva de normalización de la política monetaria de Estados Unidos y las elecciones en Brasil son los principales factores por detrás del descompás entre las proyecciones para 2015.
Independientemente de quien gane el pleito, el economista evalúa que se necesitarán ajustes en la política fiscal, monetaria y cambiaria, lo que torna difícil prever un crecimiento robusto para la economía. Desde finales de 2013, el BNP Paribas proyecta una expansión de 1% para la actividad del próximo año, considerando un aprieto adicional de los intereses y un ajuste fiscal para evitar otro rebajamiento del rating soberano.
Para el Itaú Unibanco, los ajustes a realizar son moderados y no contemplan una suba adicional de los intereses, lo que permite prever un crecimiento de 1,3% en 2015. El banco trabaja con otras dos hipótesis, menos probables: la primera, que los ajustes serían más fuertes y en consecuencia, tendrían más impacto negativo sobre el nivel de actividad; la segunda, que no habría ningún cambio. En ambos casos, el PBI crecería menos.
Existe la posibilidad de que haya diferentes intensidades de ajustes, un escenario externo complicado y una elección más apretada, que se complicó un poco más ahora, afirmó el economista Caio Megale. El especialista señaló que la matriz de combinaciones para el escenario de 2015 es más amplia, lo que lleva a una mayor dispersión de las expectativas para el año que viene.
Para Megale, el efecto positivo de la recuperación de la economía de Estados Unidos sobre la actividad doméstica será permanente, mientras el impacto de la suba de la tasa de interés de parte de la Fed tiende a ser puntual. El escenario externo debe contribuir a la expansión de la economía brasileña, a pesar de que otros analistas lo consideren una fuente de incertidumbre.