El mal desempeño de la actividad en el segundo trimestre generará una caída más fuerte de las inversiones en Brasil. Según economistas, el ambiente adverso en función del deterioro de las expectativas sobre el crecimiento se exacerbó en junio, cuando el Mundial de Fútbol paralizó la actividad.

Analistas consultados por Valor afirmaron que la coyuntura de factores negativos provocó una retracción significativa del consumo interno de bienes de capital desde abril, una señal de que la Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF, medida de las cuentas nacionales de lo que se invierte en máquinas y construcción civil) se contrajo por cuarta vez consecutiva en la comparación trimestral.

Después de haber retrocedido 2,1% entre enero y marzo, las estimaciones indican una caída de entre 3% y 5% de la inversión entre abril y junio frente a los tres meses anteriores, considerando los ajustes estacionales. Pasados los efectos atípicos del Mundial, la expectativa es que se confirma algún viento favorable en esos datos el mes pasado, pero la posibilidad de mayor recuperación llegaría recién a final de año, cuando el resultado de las elecciones pueda disipar la incertidumbre.

Rodrigo Baggi, de Tendencias, calculó que el consumo aparente de bienes de capital disminuyó 8,1% entre el primer y el segundo trimestre, influenciado principalmente por la retracción de 9,1% que sufrió la producción nacional del sector, descontando las influencias estacionales. De acuerdo a la serie de la consultora, el retroceso en la demanda interna de esos ítems -que suma la fabricación doméstica y la importación de bienes de capital y descuenta las exportaciones-fue el más alto desde el inicio de 2012.

La economía se desaceleró con fuerza en aquel período, lo que debilitaría la demanda por bienes de capital, al mismo tiempo en que se interrumpió la producción de vehículos pesados en función de las nuevas normas para motores, recordó Baggi. El experto evaluó que en el primer y segundo trimestre de este año la coyuntura se parece mucho a la de 2012.

Tras solucionar el problema del Programa de Sustentación de la Inversión (PSI), del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), que demoró en divulgar las nuevas reglas de financiamiento para máquinas y equipamientos en 2014, la crisis en Argentina -un importante destino para los productos elaborados en Brasil, inclusive bienes de capital-se intensificó. Luego aumentaron las discusiones en torno a que los riegos de un racionamiento de energía eléctrica afecten la confianza de los empresarios.

Cerrando esa ecuación, el Mundial provocó una frenada más brusca que la prevista en la actividad de junio, que resultó decisiva para que las inversiones tuvieran un desempeño más débil en el segundo trimestre, afirmó el economista. Se subestimó la parálisis de la actividad durante un mes y medio. A pesar de que se estimuló al sector de electrónicos o de alimentos y bebidas, el saldo fue extremadamente negativo, dijo Baggi, que trabaja con una caída de 3,6% de la FBCF en el trimestre.

Por otro lado, el alto nivel de incertidumbre en relación a 2015, el aumento de la ociosidad en la capacidad productiva de la industria y la evaluación del empresariado de que es posible que haya un racionamiento de energía disminuyeron la confianza, que tiene una correlación importante con la formación de capital físico, dijo Borges.

Si la estimación de LCA de retracción de 5% de la FBCF entre el primer y el segundo trimestre se confirma, la inversión cerrará el primer semestre en un nivel 7% inferior al observado entre enero y junio del año pasado. Hasta finales de 2014, la consultora espera que esa reducción caiga a 5,9%. Según Borges, ocurrirá una mejora después de las elecciones presidenciales. Existe mucha polarización en torno de los candidatos y el escenario para 2015 no depende solo de quien gane, sino que esa discusión generó una parada general de las decisiones de inversión, dijo.