El escenario global de la tecnología vuelve a entrar en tensión por decisiones que podrían afectar a las principales empresas del sector. Las relaciones comerciales, la inflación y la política industrial de Estados Unidos están en el centro del debate, con un impacto directo en los consumidores.
El gobierno de Donald Trump anunció una nueva política arancelaria para Apple y otras empresas productoras de smartphones que ya generó reacciones en los mercados.
La estrategia, presentada como un intento por fortalecer la producción nacional, amenaza con cambiar las reglas de juego para compañías multinacionales a partir del mes que viene.
¿Qué dijo Trump y cómo pone en riesgo las ventas de Apple?
Donald Trump advirtió que todos los teléfonos fabricados fuera del país deberán pagar un arancel de al menos el 25% para ingresar a Estados Unidos y esta normativa podría entrar en vigencia tan pronto como a finales de junio.
En declaraciones públicas, el presidente fue explícito al afirmar que espera que los iPhones vendidos en el país sean producidos localmente, y no en India, Vietnam o China.
Apple queda así en el centro del conflicto, junto a otras grandes compañías como Samsung, Amazon o Walmart. Según el mandatario, no sería justo aplicar estas tarifas solo a una empresa, por lo que la medida alcanzaría a todos los fabricantes de smartphones que mantengan sus operaciones fuera del país.
Las consecuencias podrían sentirse de inmediato. Expertos del sector financiero estiman que el precio de un iPhone producido en Estados Unidos podría aumentar entre un 25% y un 190%, elevando el valor actual de 1.200 dólares a una cifra superior a los 3.000. A esto se suma la incertidumbre sobre si la empresa absorberá el costo o lo trasladará al consumidor.
¿Puede Apple evitar el impacto de los nuevos aranceles?
A pesar de los esfuerzos recientes por diversificar su producción, Apple mantiene su cadena de suministros mayoritariamente asentada en Asia. La compañía trasladó parte de la fabricación a India y Vietnam, pero no cuenta con la capacidad logística para mudarla completamente a territorio estadounidense.
Trump, que en el pasado había concedido exenciones para productos electrónicos provenientes de China, ahora sugiere que podría eliminarlas. Incluso amenazó con aplicar un impuesto adicional del 25% sobre los chips, lo que encarecería aún más el proceso de fabricación de los dispositivos.
La relación entre Apple y el presidente ha sido fluctuante. Aunque la empresa prometió una inversión de 500 mil millones de dólares en Estados Unidos para el desarrollo de inteligencia artificial, Trump se mostró recientemente molesto con Tim Cook por expandir operaciones en India. El resultado es una tensión que, si no se resuelve, podría alterar por completo el panorama del mercado móvil.