Geoffrey Hinton, la mente brillante detrás de la tecnología que impulsó a ChatGPT, ha lanzado una advertencia que pone en duda el optimismo sobre el futuro de la Inteligencia Artificial. Hinton, a quien muchos apodan el "padrino de la IA", asegura que esta tecnología no solo reemplazará trabajadores, sino que podría generar una crisis de desempleo masivo y una brecha de desigualdad aún mayor.
En una entrevista reciente, Hinton señaló que "los ricos van a usar la IA para reemplazar a los trabajadores". Esta automatización, según él, provocará un "desempleo masivo" y un aumento desorbitado de las ganancias para unos pocos, mientras la mayoría se empobrecerá. El verdadero problema no es la tecnología, sino el sistema.
El aterrador futuro de la IA y por qué solo beneficiará a los millonarios
Hinton, quien ganó el Premio Nobel por su trabajo pionero en redes neuronales y que trabajó durante una década en Google, afirma que la tecnología en sí misma no es el problema. El verdadero conflicto radica en el "sistema capitalista" en el que opera. Para Hinton, el problema no es la IA, sino la forma en que el sistema económico la utiliza para maximizar las ganancias a costa del empleo.
El investigador de 77 años también se mostró escéptico sobre la Renta Básica Universal (UBI por sus siglas en inglés) como solución. Aunque otros líderes como. Sam Altman de OpenAI y Elon Musk la han propuesto como una red de seguridad contra la pérdida de empleos, Hinton cree que no es suficiente.
Hinton argumenta que una compensación económica no puede reemplazar el sentido de dignidad y el propósito que las personas obtienen de su trabajo. La pérdida de empleos no solo afecta la economía, sino que también tiene un impacto profundo en la identidad y el valor personal de la gente. A pesar de su pesimismo, Hinton todavía tiene esperanzas de que la IA pueda generar avances significativos en áreas como la atención médica y la educación.
Sin embargo, su visión general es sombría. Hinton concluye que "estamos en un punto de la historia donde algo asombroso está sucediendo", y ese "algo" podría ser "asombrosamente bueno" o "asombrosamente malo". La pregunta que queda es si la sociedad está preparada para enfrentar el profundo cambio que se avecina.