Fuente: Archivo
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La polémica sobre los recortes de empleos federalesen Estados Unidos dio un giro inesperado. Después de meses de despidos masivos impulsados por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), cientos de trabajadores de la Administración General de Servicios (GSA) recibieron un aviso oficial para reincorporarse a sus funciones.
Según documentos internos, los empleados que acepten deberán presentarse a trabajar el 6 de octubre, luego de más de siete meses fuera de sus cargos. Durante ese período, la GSA afrontó costos millonarios por contratos de arrendamiento que había intentado cancelar, lo que terminó generando un fuerte impacto económico para los contribuyentes.
Elon Musk y la reestructuración federal: marcha atrás por crisis operativa
Los recortes de personal fueron parte de la estrategia de Elon Musk para reducir el tamaño de la fuerza laboral del gobierno y frenar el despilfarro. Sin embargo, la medida provocó una fuerte crisis operativa dentro de la GSA, la agencia encargada de gestionar oficinas, contratos de arrendamiento y propiedades del Estado.
Chad Becker, exfuncionario de bienes raíces de la GSA, aseguró que la agencia quedó "dañada y con poco personal", lo que obligó a Musk y a su equipo a dar marcha atrás con las medidas más drásticas.
Reincorporaciones de trabajadores y costos adicionales
El regreso de los trabajadores no solo afecta a la GSA, sino también a otras agencias clave como el IRS, el Departamento de Trabajo y el Servicio de Parques Nacionales, que en los últimos meses también se vieron obligadas a readmitir personal para poder seguir funcionando.
De acuerdo con fuentes federales, la GSA redujo su plantilla en más del 70%, lo que llevó a que decenas de contratos de arrendamiento quedaran sin seguimiento y a que el gobierno tuviera que asumir cuotas elevadas por propiedades que no llegaron a desocuparse.
Cuál fue el impacto político y económico de la medida
Los recortes masivos deElon Musk fueron duramente criticados por legisladores demócratas, que cuestionan la falta de resultados y señalan que los supuestos ahorros se transformaron en una "confusión costosa" para los contribuyentes.
El organismo de control GAO (Oficina de Responsabilidad Gubernamental) ya investiga la gestión de la GSA y los planes del DOGE, con el objetivo de publicar un informe oficial en los próximos meses.