El presidente Trump ordenó a ICE suspender operaciones de redadas en granjas, hoteles y sectores clave de la economía que dependen de trabajadores migrantes. Según documentos internos, se paralizó el operativo masivo que buscaba deportar a inmigrantes sin antecedentes penales.
Sin embargo, ICE dio marcha atrás y reanudó las redadas en esos lugares, citando la necesidad de cumplir con cuotas de arrestos diarias impuestas, hasta 3,000 detenciones al día, por línea directa de la Casa Blanca bajo la influencia del asesor StephenMiller.
Revés para Trump: ICE desobedeció sus órdenes y llevó a cabo nuevas redadas
El giro obedeció a una mezcla de presiones políticas y advertencias económicas: el presidente reconoció que las redadas afectaban industrias dependientes de mano de obra migrante regular, como la agricultura y la hotelería, sectores que alertaron sobre potenciales pérdidas por escasez de trabajadores.
Esto generó una orden para suspender operaciones en esos entornos, dejando un respiro legal a miles de migrantes que habitualmente trabajan en condiciones laborales frágiles, muchas veces sin antecedentes delictivos. A los pocos días, fuentes internas informaron que ICE repuso las redadas alegando que no podrían alcanzar sus objetivos de arrestos diarios sin incluir los sectores antes eximidos.
¿Qué inmigrantes se salvaron de ser deportados?
La suspensión temporal benefició directamente a trabajadores de granjas, hoteles, restaurantes y plantas empacadoras. Miles de inmigrantes, en su mayoría sin antecedentes penales y esenciales para la cadena de suministro alimentario y turística de EE.UU., quedaron excluidos del operativo. Esto incluyó, según grupos agrícolas y hoteleros, obreros de origen latino que, de lo contrario, estaban en riesgo inminente de ser detenidos y deportados.
También se beneficiaron los solicitantes de asilo y personas en procesos migratorios regulares, quienes habrían sido arrastrados por la ola de arrestos en masa.