Tras 88 años de servicio, la histórica cadena de cafeterías K&W anunció el cierre definitivo de todos sus locales, una decisión que marca el final de una marca profundamente arraigada en el sureste del país.
La compañía había logrado sostener parte de su operación tras declararse en quiebra durante la pandemia, pero que finalmente no logró revertir su situación financiera.
El cierre se concretó cinco años después de acogerse al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras, un proceso que le permitió reestructurar deudas y continuar funcionando con un número reducido de sucursales. De acuerdo a Associated Press, el caso de K&W Cafeterías refleja un fenómeno más amplio que atraviesa la industria gastronómica en Estados Unidos, golpeada por el aumento de costos, la caída del consumo y los cambios en los hábitos de los clientes tras la pandemia.
Adiós al café más querido: por qué cierra sus puertas K&W
K&W Cafeterias se había declarado en bancarrota en septiembre de 2020, en pleno impacto del COVID-19, al amparo del Capítulo 11, que habilita a las empresas a reorganizarse sin cerrar de inmediato. En ese momento, la cadena argumentó fuertes pérdidas vinculadas a las restricciones sanitarias y a la drástica reducción de clientes. Aun así, logró continuar operando con nueve locales: ocho en Carolina del Norte y uno en Virginia.
“Tras servir a nuestras comunidades durante más de 88 años, las cafeterías K&W cerrarán todas sus puertas de inmediato”, señaló la empresa.Lamentamos mucho tener que cerrar este capítulo, pero estamos profundamente agradecidos por el cariño que nos han demostrado durante casi nueve décadas. De nuestra familia a la suya: gracias”, anunció la empresa en un posteo de Facebook.
Una marca histórica y más de 300 empleos perdidos
Fundada en 1937 en Winston-Salem, K&W Cafeterias se consolidó como una cadena de restaurantes familiares reconocida por su comida al estilo cafetería tradicional y, especialmente, por sus tartas caseras. Durante décadas fue un punto de referencia en el sureste de Estados Unidos, con fuerte presencia en comunidades locales.
El cierre tomó por sorpresa tanto a clientes habituales como a sus trabajadores. Según AP, más de 300 empleados quedaron sin trabajo de manera repentina. “Siempre es triste ver que cierra cualquier negocio, porque el mayor impacto lo sufren quienes trabajan allí”, afirmó la alcaldesa electa de Greensboro, Carolina del Norte, Marikay Abuzuaiter.