La presentación de la declaración de impuestos es un aspecto fundamental de las responsabilidad tributarias de los ciudadanos. Todos los contribuyentes que no cumplen con estas normas pasan a estar bajo la mira del Servicio de Impuestos Internos (IRS), quienes pueden emitir una intervención a las cuentas bancarias.
Se trata de un embargo que congela todos los dólares de los ciudadanos e interviene, además, las propiedades a su nombre. Es importante tener en cuenta que las autoridades envían múltiples avisos antes de formalizar un embargo.
La medida se aplica a quienes tienen deudas impagas y no respondieron a los avisos oficiales. En esos casos, el Estado está habilitado a tomar el dinero sin necesidad de autorización judicial.
¿Qué implica un embargo de IRS y a quiénes afecta?
El embargo fiscal de IRS, conocido como levy, es una herramienta de las autoridades federales para incautar directamente bienes o fondos de quienes tienen deudas tributarias. Cuando se habla de un embargo ya no se trata de los múltiples avisos, sino de la acción en sí de intervenir a un ciudadano fiscalmente.
Un contribuyente será notificado, aún en las instancias donde se puede saldar la deuda en audiencias, mediante un aviso formal de embargo. IRS requiere de una respuesta para avanzar por esta vía.
El procedimiento puede aplicarse sobre cualquier cuenta bancaria, así como sobre sueldos, ingresos por alquileres, comisiones, jubilaciones o seguros de vida. También puede alcanzar bienes físicos como autos o inmuebles.
¿Cuándo y de qué manera pueden embargar mi cuenta bancaria?
La retención de fondos no se realiza de manera automática. Primero, la persona recibe una notificación con el detalle de la deuda y un requerimiento de pago. Si no responde, se le envía un aviso final que incluye la advertencia de embargo y la posibilidad de presentar defensa.
Si aun así no hay contestación ni acuerdo de pago, el Estado queda facultado para proceder. Puede extraer el dinero directamente de una cuenta bancaria, incluso si está a nombre de otra persona, siempre que el deudor figure como titular o beneficiario.
Este mecanismo tiene como objetivo asegurar el cobro de tributos impagos y se aplica únicamente cuando fracasan las instancias de pago voluntario. No requiere intervención judicial y la retención del dinero puede efectuarse de inmediato.