Realizar un depósito en efectivo en Estados Unidos puede parecer una operación rutinaria. Sin embargo, cuando el monto supera los 10.000 dólares, la situación cambia: el Servicio de Impuestos Internos (IRS) activa controles especiales para verificar la legalidad de la transacción.
Lejos de ser una medida nueva, este requisito forma parte de la Ley de Secreto Bancario, vigente desde 1970, que obliga a las entidades financieras a reportar operaciones de gran magnitud. El objetivo principal es prevenir el lavado de dinero, la evasión fiscal y el financiamiento ilícito.
Cómo funciona el control de depósitos en efectivo
Cuando una persona deposita más de 10.000 dólares en un banco estadounidense, la entidad debe enviar un Informe de Transacciones en Efectivo (CTR) al gobierno.
Dicho documento queda en manos de la FinCEN (Red de Control de Delitos Financieros) y del IRS, quienes pueden abrir una investigación de manera automática.
El CTR contiene información detallada, como:
Nombre y dirección del titular de la cuenta.
Número de Seguro Social.
Fecha y monto exacto de la operación.
Tipo de transacción realizada.
En muchos casos, también se solicita verificar la identidad del depositante y justificar el origen del dinero.
¿Qué significa para los clientes de bancos en EE.UU.?
Los especialistas señalan que no se trata de una sanción inmediata ni de un bloqueo de fondos, sino de una medida de supervisión financiera.
El banco no está obligado a informar al cliente cuando genera este reporte, ya que se trata de un procedimiento interno destinado a reforzar la seguridad del sistema bancario.