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Las estafas relacionadas con la Administración del Seguro Social (SSA) en Estados Unidos aumentaron significativamente en los últimos años, afectando a miles de beneficiarios. Los delincuentes utilizan diversas tácticas para obtener información personal y acceder a las cuentas de las víctimas, lo que puede resultar en la pérdida de beneficios y complicaciones legales.

Una de las principales preocupaciones es la continuidad de las cuentas comprometidas. Cuando un beneficiario no detecta a tiempo que su cuenta ha sido vulnerada, los estafadores pueden seguir accediendo a sus beneficios mensuales, realizar cambios en la información bancaria y, en algunos casos, solicitar préstamos o créditos a nombre de la víctima.

Atención beneficiarios del Seguro Social: la estafa que podría ponerle fin a tu cuenta

Las consecuencias financieras para los beneficiarios pueden ser devastadoras. Además de la pérdida de fondos, las víctimas enfrentan procesos largos y complejos para recuperar su identidad y restablecer sus beneficios. En algunos casos, también deben lidiar con deudas adquiridas fraudulentamente y con daños en su historial crediticio.

Legalmente, las víctimas pueden verse involucradas en investigaciones o procesos judiciales si los estafadores cometen delitos utilizando su identidad. Esto añade una carga emocional y psicológica considerable, especialmente para personas mayores o con discapacidades que dependen de estos beneficios para su subsistencia.

¿Cómo protegerse de una estafa del Seguro Social?

Para prevenir estas estafas, la Administración del Seguro Social (SSA) ha implementado medidas de seguridad adicionales, como la verificación de identidad en línea y la restricción de cambios en la información bancaria a través de llamadas telefónicas.

Se recomienda a los beneficiarios monitorear regularmente sus cuentas, utilizar contraseñas seguras y reportar cualquier actividad sospechosa de inmediato.

Además, es fundamental educar a los beneficiarios sobre las tácticas comunes utilizadas por los estafadores, como llamadas o correos electrónicos fraudulentos que solicitan información personal. La concienciación y la vigilancia constante son claves para protegerse contra estas amenazas.