

Millones de personas en Estados Unidos respiran sin ser conscientes del poder oculto que tiene este proceso cuando se realiza correctamente. Según recientes investigaciones, la forma en que respiramos puede afectar cómo pensamos y sentimos. Esto, a su vez, puede tener importantes implicancias desde la salud y la cognición.
El poder terapéutico y curativo de la respiración, según la ciencia
Un estudio reciente en la revista Medical Hypothesis estudio cómo la respiración modifica el estado eléctrico de las neuronas, influyendo en la comunicación entre las células cerebrales. Esto hace que el cuerpo active la actividad de grupos de neuronas asociadas a una misma tarea. Un ejemplo claro es el pranayama, una técnica de control consciente de la respiración que ha demostrado reducir la ansiedad y fomentar la relajación. Otra investigación de la revista más importante de ciencia, Nature, exploró los mecanismos biológicos: el respirar profundamente hace que el tejido pulmonar se estire y estimule el sistema nervioso parasimpático, lo que genera una sensación de calma y actúa como un freno en la respuesta de estrés.
Por su lado, investigadores de la Universidad Northwestern en Chicago, demostraron en pacientes con epilepsia que la inhalación sincroniza la actividad en la corteza olfativa (que procesa los olores y los integra con la memoria y la emoción) y en el sistema límbico (también implicado en la memoria y la emoción). Esto sugiere que inspirar mejora la performance de la mente.

Otro hallazgo interesante es que, en muchos estudios, el rendimiento cognitivo disminuye significativamente cuando las personas respiran por la boca en lugar de por la nariz. Se estima que la actividad neural única que se activa con la respiración nasal. Es decir, la respiración nasal aumentaba ciertos tipos de actividad cerebral asociados con el aprendizaje en la corteza olfativa y el sistema límbico, actividad que se reducía al respirar por la boca.
Una teoría es que el cerebro ha evolucionado para responder con más fuerza al flujo de aire nasal porque a menudo transporta información importante relacionada con el olfato, lo que puede indicar alimento, peligro o parentesco.











