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La EPOC, o Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, es una afección respiratoria progresiva que dificulta la respiración, según explica Mayo Clinic. Se caracteriza por la obstrucción del flujo de aire en los pulmones, lo que puede causar síntomas como tos crónica, producción de esputo y dificultad para respirar, especialmente durante la actividad física.

La principal causa de EPOC es el tabaquismo, aunque también puede ser provocada por la exposición a contaminantes ambientales y factores genéticos. El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado son fundamentales para mejorar la calidad de vida de los pacientes y prevenir complicaciones.

¿Cuáles son los síntomas de la EPOC?

Los síntomas de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica pueden incluir los siguientes:

  • Falta de aire, especialmente durante la actividad física
  • Sibilancia
  • Opresión del pecho
  • Una tos crónica que puede producir mucosidad (esputo) que puede ser clara, blanca, amarilla o verdosa
  • Infecciones respiratorias frecuentes
  • Falta de energía
  • Pérdida de peso involuntaria (en etapas posteriores)
  • Hinchazón en tobillos, pies o piernas

También es probable que las personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica experimenten episodios llamados exacerbaciones, durante los cuales sus síntomas empeoran en relación con la variación diaria habitual y persisten por lo menos durante varios días.

¿Cómo saber si una persona tiene EPOC?

El diagnóstico de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) puede ser complicado, ya que muchas personas no son diagnosticadas hasta que la enfermedad está avanzada. Para determinar si un paciente tiene EPOC, el médico revisará los signos y síntomas, los antecedentes médicos y familiares y la exposición a irritantes pulmonares, como el humo de cigarrillo.

El médico puede solicitar diversas pruebas, incluyendo espirometría para medir la función pulmonar, radiografías de tórax para detectar enfisema, tomografías computarizadas para evaluar la necesidad de cirugía, análisis de gas de la sangre arterial y pruebas de laboratorio para descartar otras condiciones. Estas pruebas ayudan a confirmar el diagnóstico y a entender mejor la afección del paciente.

¿Cuál es el mejor tratamiento para la EPOC?

Para tratar o prevenir la EPOC, el primer paso fundamental es dejar de fumar. Este hábito es el principal factor de riesgo y su eliminación puede evitar que la enfermedad empeore y mejorar la capacidad respiratoria. Hablar con un médico sobre métodos de cesación, como productos de reemplazo de nicotina y grupos de apoyo, puede ser de gran ayuda para quienes han intentado dejar de fumar sin éxito.

Además de dejar de fumar, el uso de medicamentos es crucial en el manejo de la EPOC. Los broncodilatadores, que pueden ser de acción corta o prolongada, ayudan a abrir las vías respiratorias y facilitar la respiración. Los corticosteroides inhalados también son útiles para reducir la inflamación y prevenir exacerbaciones, aunque su uso debe ser supervisado debido a posibles efectos secundarios.

Finalmente, las terapias pulmonares, como la oxigenoterapia y los programas de rehabilitación pulmonar, son esenciales para mejorar la calidad de vida de los pacientes con EPOC. Estas terapias pueden ayudar a aumentar la capacidad para realizar actividades diarias y reducir el riesgo de hospitalizaciones, lo que es vital para el manejo a largo plazo de la enfermedad.