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La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica en su portal web que las enfermedades no transmisibles son la principal causa de muerte y discapacidad en el mundo. Sin embargo, aseguran que muchas se pueden prevenir mediante la reducción de los factores de riesgo comunes.
Por ese motivo, conoce qué es la enfermedad de Chagas, cuáles son sus síntomas, cómo reducir los factores de riesgo y cuáles son los mejores tratamientos disponibles.
¿Qué es la enfermedad de Chagas?
Según explica el portal de saludMayo Clinic, la Enfermedad de Chagas es una enfermedad parasitaria causada por el protozoo Trypanosoma cruzi, transmitido principalmente por la picadura de la vinchuca, un insecto hematófago. Esta enfermedad afecta a millones de personas en América Latina, causando síntomas como fiebre, fatiga, dolor de cabeza y en casos más graves, daños en el corazón y el sistema digestivo.
La Enfermedad de Chagas puede ser crónica y causar complicaciones graves si no se trata a tiempo. Es importante realizar pruebas de detección en zonas endémicas y tomar medidas de prevención para evitar la picadura de la vinchuca, como el uso de mosquiteros y la fumigación de viviendas. Además, es fundamental concienciar a la población sobre los riesgos de esta enfermedad y promover la investigación para encontrar nuevos tratamientos y vacunas.
¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad de Chagas?
La enfermedad de Chagas puede presentar síntomas tanto en su fase aguda como en su fase crónica. En la fase aguda, los síntomas pueden incluir hinchazón en el sitio de la infección, fiebre, fatiga, erupción, dolores del cuerpo, hinchazón de los párpados, dolor de cabeza, pérdida del apetito, náuseas, diarrea, vómitos, ganglios inflamados y agrandamiento del hígado o del bazo. Estos síntomas suelen desaparecer por sí solos.
En la fase crónica, que puede manifestarse de 10 a 20 años después de la infección inicial, los síntomas pueden incluir latidos irregulares del corazón, insuficiencia cardíaca, paro cardíaco repentino, dificultad para tragar debido al agrandamiento del esófago, dolor estomacal o estreñimiento debido al agrandamiento del colon. Es importante destacar que muchas personas no presentan síntomas hasta que llegan a la etapa crónica.
Enfermedad de Chagas: ¿cómo se diagnostica?
Para diagnosticar a un paciente con Enfermedad de Chagas, el médico realizará una exploración física y preguntará sobre los síntomas y los factores de riesgo.
Además, se pueden realizar análisis de sangre para confirmar la presencia del parásito o de los anticuerpos que combaten el parásito. Si se diagnostica la enfermedad de Chagas, es probable que se realicen pruebas adicionales para determinar si ha entrado en la fase crónica y ha causado complicaciones cardíacas o digestivas. Estas pruebas pueden incluir un electrocardiograma, una radiografía de tórax, un ecocardiograma, una radiografía de abdomen y una endoscopia superior.
¿Cómo evitar la enfermedad de Chagas?
Para prevenir la enfermedad de Chagas, es importante tomar medidas para evitar la exposición a los insectos vectores que transmiten el parásito. Esto incluye el uso de mosquiteros en las ventanas y puertas, el uso de repelentes de insectos y la eliminación de posibles criaderos de insectos en el hogar. En caso de sospecha de infección por la enfermedad de Chagas, es fundamental buscar atención médica de inmediato.
Durante la fase aguda, se pueden recetar medicamentos como benznidazol y nifurtimox para eliminar el parásito y controlar los síntomas. Estos medicamentos están disponibles en las regiones más afectadas por la enfermedad.
¿Cómo tratar la enfermedad?
En la fase crónica de la enfermedad, los medicamentos no curarán la enfermedad, pero pueden retrasar su progresión y reducir las complicaciones. Además, el tratamiento adicional dependerá de los signos y síntomas específicos. En caso de complicaciones cardíacas, se pueden utilizar medicamentos, dispositivos para controlar el ritmo cardíaco, cirugía o incluso trasplante cardíaco.
En caso de complicaciones digestivas, se pueden realizar cambios en la dieta, utilizar medicamentos, corticosteroides o, en casos graves, recurrir a la cirugía.