La intrusión salina supone una amenaza global para estuarios y deltas, exacerbada por el cambio climático, la sequía y la subida del nivel del mar. El agua del río es cada vez más salada y eso no es una buena noticia para la provisión de agua potable. Con el objeto de encontrar soluciones, los investigadores de la Universidad Tecnológica de Delft (UTD) en Países Bajos, realizan permanentes estudios para comprender este fenómeno.
Uno de los trabajos de campo más completos fue el realizado por la ingeniería hidráulica Tess Wegman, candidata al doctorado en la UTD.
Durante la sequía histórica de 2022 Wegman colocó sensores de conductividad en diversos puntos del delta del Rin-Mosa. Fueron en total nueve boyas de medición, seis en el mar y tres en el Nuevo Mosa, luego Wegman regresó en intervalos de tres a cuatro semanas para eliminar las incrustaciones biológicas causadas por el calor.
Lo interesante del caso es que el estudio se efectuó en un sistema fluvial muy parecido a nuestra vía navegable del Paraná, la que también sufrió por entonces una gran bajante debido a la sequía y los pronósticos meteorológicos vuelven a anunciar tiempos de aguas bajas.
El período de medición 17 semanas resultó ser excepcionalmente propicio. El verano de 2022 fue extremadamente caluroso, con los niveles de agua del río en su punto más bajo.
"Era exactamente el conjunto de circunstancias que necesitaba para mi investigación porque la sequía promueve la intrusión de sal. Al final pudimos detectar agua salada incluso más allá del pueblo de Ouderkerk aan de IJssel" que se encuentra bien adentro en el delta del Rin-Mosa", destacó la experta.
Lasconclusiones fueron contundentesen cuanto a la mayor intrusión salina. Este estudio observacional investigó el impacto de la descarga fluvial, el viento y las variaciones de las mareas en la intrusión salina en un delta fluvial ramificado durante la sequía.
Se demostró que la descarga del río y la configuración de la costa determinan la respuesta global del sistema, lo cual es relevante porque la salinidad en la desembocadura de las ramas aguas arriba es el principal predictor de la longitud de la intrusión salina. Además, la dinámica localizada del sistema, impulsada por la configuración y la descarga a través de cada rama, es importante y puede diferir de una rama a otra.
"Aunque hemos demostrado que la salinidad en la desembocadura impulsa principalmente la intrusión salina, la relación con la descarga difiere significativamente de la rama principal. Un próximo y necesario paso será obtener una comprensión más detallada del comportamiento de las ramas individuales", anticipó Tess Wegman.
En vistas a la próxima licitación de la hidrovía, sería interesante que en Argentina se llevar a cabo un estudio de estas características en la vía navegable.