El Nobel de Economía de 2001, Joseph Stiglitz, criticó el mensaje alarmista que los partidos políticos tradicionales en España lanzan sobre las nuevas formaciones y acusó al Partido Popular (PP) de generar un "miedo electoralista" cuando es "uno de los causantes de que España esté en bancarrota".


"No es un miedo justificado. En todo caso el PP sí es uno de los causantes de que España esté en bancarrota. No solo por la corrupción asociada al partido, sino también por el hecho de que estuvieran tan íntimamente vinculados con la burbuja inmobiliaria que provocó la bancarrota", afirmó Stiglitz.


El profesor de la Universidad de Columbia dijo que este "miedo electoralista" es algo que "pasa en todas partes", ya que los partidos de derecha "meten miedo cuando no pueden convencer a la gente con argumentos". Sobre sus encuentros con el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, Stiglitz apunta que, aunque trataron este tema, se centraron "mucho más" en las medidas positivas que debería adoptar ese partido.


En este sentido, admitió que es una consecuencia inevitable que algunos de los políticos a los que ha asesorado le hayan utilizado para legitimar a sus gobiernos, pero remarca que intenta minimizar ese riesgo, "dejar claro que apoya a un gobierno cuando adopta las medidas adecuadas y que lo criticará si adopta las equivocadas".


Por otro lado, señaló que el PBI no es un buen indicador del éxito económico, ya que puede subir y "casi nada se soluciona", al mismo tiempo que considera "cínico" decir que España tiene éxito porque la tasa de desocupación sólo es del 23%. "Sería todavía más elevada si tanta gente con talento no se hubiera marchado del país", apostilla.


Stiglitz alertó que con la tasa de mejora actual, España tardará "años, quizá una década, en volver a ser una economía normal" y, entretanto, la destrucción de su potencial crecimiento futuro es enorme. "Por eso creo que es un gran error hablar de éxito. El presidente lo dice porque es un político", resalta.


Asimismo, remarca que al auge de movimientos de extremada derecha, extrema izquierda o independentistas, como es el caso de Cataluña, son otra manifestación "del fracaso de la zona euro", que ha logrado "extender la depresión y recesión, el desastre por toda Europa, y esto ha generado apoyo a partidos que amenazan la continuidad". En este contexto, cree que en la situación en la que se encuentra el euro ahora "puede sobrevivir", pero agrega que la supervivencia "no es sinónimo de éxito". "Se suponía que el euro iba a traer prosperidad, solidaridad, y ha traído recesión y división. Está claro que los últimos tres años han sido malos para Europa por culpa del euro. Y sí, creo que se puede abandonar", remarca.


En su opinión hay tres posibilidades: reformar la zona euro, que sería lo mejor; una separación completa, o crear un euro más flexible, es decir, algo a medio camino entre el MTC (Mecanismo de Tipos de Cambio), que no era una unión monetaria pero que tenía utilidad, y la eurozona.


Respecto al problema de los refugiados en Europa, remarca que "no tiene sentido" pedirles a los países de la eurozona con una tasa de paro muy alta que encuentren empleo a estas personas, sobre todo cuando no hay trabajo "debido a las políticas alemanas".


"Cuando no hay suficiente trabajo, si tienes a más personas buscando empleo sube la tasa de desempleo. Los refugiados llegan con algo de dinero, lo cual estimula un poco la economía, pero cuesta creer que la tasa de paro no vaya a subir. Por eso, en cierto sentido, todos quieren ir a Alemania. Lo irónico es que Alemania ha creado el problema", critica.