Desde el 10 de febrero de 2012 cuando la Unidad de Información Financiera dictó la resolución 32/2012 se generó un nuevo frente en el ya complejo mundo de la gestión de los clubes de fútbol. Esta resolución sigue lo que en mundo ya se ha establecido hace algunos años a partir de análisis y recomendaciones del GAFI. Se pone la lupa sobre las operaciones de movimiento de fondos en los clubes y establece requisitos al transformar a estos clubes en sujetos obligados de analizar y suministrar información.

¿Qué se puede tipificar como un caso sospechoso de lavado de dinero en las transacciones habituales?. Como en la actualidad la propiedad de los derechos económicos de los jugadores es un bien de alta rotación y no suelen pertenecer a los clubes es posible que en estos movimientos de compra venta se definan valores irreales para justificar el ingreso de fondos obtenidos de manera ilícita.

Para combatir este tipo de situaciones, la UIF ha definido a los clubes como Sujetos Obligados, es decir que los clubes deben cumplir una serie de medidas para recabar información y reportarla. Son:

a) Elaborar un manual de procedimientos que determine los mecanismos que utilizaran para prevenir el lavado de dinero en las actividades que realicen.

b) Designar un oficial de cumplimiento (O.C. cuyos datos personales deberán ser informados a la UIF) quien deberá asegurarse del cumplimiento de lo establecido en el manual. Deberá diseñar e implementar los procedimientos y controles. Capacitar a todos sus empleados para que sepan como detectar las operaciones sospechosas e informarlas de acuerdo a lo establecido en el manual. Asimismo el O.C. deberá analizar las operaciones para detectar eventuales Operaciones sospechosas (O.S.). Una vez analizadas formulará los reportes sistemáticos y de operaciones sospechosas. Siguiendo el proceso debe encargarse de llevar el registro de los análisis realizados y debe asegurarse que la información recabada sea archivada de manera segura y con el adecuado nivel de confidencialidad.

c) Implementar auditorias periódicas realizadas por profesionales independientes.

d) Capacitar al personal para que estén al tanto de las políticas establecidas por el club y sepan como actuar frente a Operaciones Sospechosas.

e) Elaborar los registros de los análisis realizados.

f) Implementar las herramientas tecnológicas necesarias para realizar los reportes obligatorios a la UIF

Esas políticas deben establecer de que manera se analiza a la contraparte con la que se realizarán las distintas transacciones, principalmente con aquellas personas físicas o jurídicas con las que se realicen operaciones de transferencia o cesión de derechos federativos, las personas que resulten titulares de los derechos económicos derivados de los federativos y aquellas personas que realicen préstamos o donaciones a los clubes.

En este análisis se debe incluir la verificación de que estas personas no están incluidas en las listas de sospechosos de financiamiento al terrorismo. Además, los valores objeto de análisis son relativamente muy bajos para los valores que mueven las entidades.

Recordemos que la UIF tiene potestad de inspeccionar a los sujetos obligados y en caso de encontrar operaciones sospechosas no reportadas la sanción puede alcanzar cinco (5) a veinte (20) veces del valor de los bienes objeto del delito. Esto no exime de la causa penal sobre los miembros de la comisión directiva.

La realidad financiera de nuestro fútbol ha hecho que los clubes deban recurrir a métodos variados y arriesgados a la hora de conformar los planteles profesionales. Esta coyuntura los obligará a ser más cuidadosos a la hora de elegir a sus socios aún a costa de renunciar a cerrar operaciones para reforzar planteles. Este nuevo desafío en el medio actual, donde la administración de muchos clubes es aun llevada por dirigentes amateurs, vuelve a demostrar la necesidad de que los clubes comiencen a profesionalizar la gestión diaria, dejando a los dirigentes la tarea de conducción política. Modificar el modelo de negocio de la industria del fútbol puede hacer más sustentable la gestión y los clubes pueden comenzar a focalizarse en aspectos que implican menos riesgo legal, como la formación de jugadores propios que puedan permanecer en el club y generar un mejor nivel de espectáculo para revalorizar activos hoy descuidados como los derechos internacionales de televisión que permitan generar formas de financiación genuinas para la Industria.