El cuidado de la piel frente al sol dio un salto innovador en Argentina: una dermatóloga local desarrolló la primera pastilla que protege al organismo de los daños provocados por la radiación solar. Este producto, que se suma al uso del protector solar, busca complementar la defensa de la piel desde adentro, algo nunca antes disponible en el país.
"Es un fotoprotector vía oral. Tiene 10 moléculas que aumentan las defensas naturales de la piel frente al sol", explicó Leisa Molinari, fundadora del Centro Médico de la Piel. "Es una pastilla que combate el daño que sufre la piel todos los días al exponerse al sol. Es un complemento del protector solar, ayuda a que la piel se pueda defender mejor. Es un producto que no existía en la Argentina".
Molinari se formó en oncología cutánea y fue allí donde descubrió la falta de información y capacitación sobre cuidado del sol. "Atendía a muchos pacientes y me daba cuenta de que faltaba mucha formación y docencia a nivel de cuidado de la piel. Empecé con las redes sociales a enseñar y ayudar a cuidarse; entonces empecé a brindar información y herramientas para que la gente pudiera empezar a cuidarse con productos buenos y de calidad. Así empezó mi faceta emprendedora", contó la empresaria.
La dermatóloga no solo atendió pacientes, sino que también emprendió un proyecto que hoy cuenta con un centro médico con 40 empleados. "Quería que la gente pudiera encontrar un lugar para tratar al órgano más importante del cuerpo", agregó. Molinari destacó que su capacidad de escucha y aprendizaje constante la llevaron a incorporar tecnología en su centro.
Emprendedora
Su curiosidad científica la llevó a capacitarse para producir sus propios medicamentos. "Hice una maestría en formulaciones dermatocosméticas; primero empecé por una necesidad mía de saber qué necesitaban mis pacientes. Después me di cuenta de que me apasionaba la idea de poder darles yo a los pacientes las herramientas que ellos necesitan. Yo misma pruebo los medicamentos, veo la textura, el perfume, hago los test de alergia, hoy puedo formular todos los productos que les doy a mis pacientes. Yo, como dermatóloga ejerciendo desde hace 20 años, sé lo que necesita la piel. Entonces voy al laboratorio y los armo como si fuera una receta de cocina".
Molinari subrayó que la conciencia sobre el cuidado de la piel cambió en los últimos años. "La piel es el órgano más grande del cuerpo y es muy complejo. Estaba muy vapuleado hasta hace unos años, pero eso cambió. Ahora recibo pacientes que vienen a controlarse la piel, algo que hace cinco años no lo escuchaba".