Desde que en 1978 comenzó a trabajar en el sector de la indumentaria, Rudy Gotlib tiene en su CV el haber traído al país marcas internacionales como Lanvin, Cacharel, Kenzo y Emporio Armani. Hoy dirige un holding que, entre otras etiquetas, orienta los negocios locales de Lacoste. Lo hace en sociedad con The Exxel Group y Lacoste Francia. Anticipa sus proyectos y revela que el país se convertirá junto a Francia, China, Brasil y Perú en uno de los pocos mercados donde se fabricará el producto ícono de la marca del cocodrilo.

¿Cuál es la situación actual del sector textil?
Si mirás la macro y tenés en cuenta que vendemos un producto suntuario, las ventas tendrían que caer. Pero eso no pasa. Siguen sostenidas gracias a las promociones, ofertas y liquidaciones que hay y que producen un aliento al consumo.

¿No es un escenario ficticio?
No, porque la realidad es que vendemos más. No veo bajas en el consumo, aunque sí en el turismo receptivo y eso se nota porque tenemos muchos locales en calles muy turísticas. A nivel dólar, la Argentina se está volviendo más cara.

¿Cual debería ser el valor actual del dólar?
Hay un retraso del tipo de cambio oficial. Contra la inflación de los últimos años, el valor de la moneda norteamericana pierde. Además se ha manejado mal el tema. Se confunde mucho el mercado paralelo con el oficial. Como empresa importamos al dólar oficial y lo que exportamos liquidamos divisas al mismo valor. Si te vas de viaje, pagás los pasajes al dólar oficial y si consumís en el exterior con tu tarjeta de crédito también lo abonás al mismo tipo de cambio. Y de golpe tenés un dólar paralelo que distorsiona y no se sabe para qué está. Hay un mal manejo pero creo que se va a ir estabilizando.

¿Las medidas de protección tomadas por el Gobierno lograron favorecer a la industria textil local?
El sector se recompuso en los últimos años, se ha tomado más gente, hay más fabricación local. Sin estas medidas seguro no hubiese pasado. Lo negativo es que cayó la competitividad de precios. La rentabilidad se achicó porque no podemos acompañar con precios la suba de costos. Igual, hay rentabilidad, aunque más ajustada.

¿Es decir que usted defiende las medidas proteccionistas para sectores como el textil?
Es un tema relativo ese. La economía no se puede cerrar pero tampoco se puede tener abierta en forma indefinida.

¿Desde su visión como argentino y CEO de una compañía global qué le preocupa y qué lo tranquiliza de la economía hoy?
Al ser socio de Lacoste tengo más posibilidades de poder explicar y comprender que lo que necesitamos es una Argentina que funcione, que tenga consumo, movilidad social y que nos permita hacer negocios. Sino de qué te sirve tener una economía abierta si no hay negocios.

¿No es ambiguo que por un lado el Gobierno proteja a la industria textil y por otro no haga nada para combatir la falsificación y lleve a los dueños de La Salada a una gira oficial por Angola?
La ilegalidad y la copia se están combatiendo. Todos los meses participamos de procedimientos donde se descubre mercadería falsa. Además, la copia es un problema internacional. Hay en Nueva York, hasta en Roma en la puerta de Louis Vuitton mismo te venden ropa falsa. Esto demuestra que es un combate muy difícil. Y en cuanto a lo de Angola, puedo decir que La Salada no es la mejor expresión de una industria exportadora.

¿Este escenario les permite pensar en hacer nuevos negocios en el país?
De hecho estamos construyendo una nueva planta en San Juan que será inaugurada el mes que viene y que comenzará a producir las remeras Lacoste en la Argentina. Van a trabajar 200 personas que se sumarán a las 1200 que ya tiene Lacoste en la Argentina, y vamos a sustituir importaciones y exportar remeras. Vamos a sumar este producto a la fabricación local de camisas que también hacemos en San Juan. Una vez que esta nueva planta comience a producir vamos a fabricar localmente el 80% de lo que vendemos. Además, en 2013 prevemos tener más exportaciones que importaciones en nuestra balanza comercial. Hoy estamos uno a uno y el año que viene estaremos exportando un 25% más que lo que importamos. Nuestros mercados son Uruguay, Paraguay, Chile, Brasil.

¿Cuál es la inversión en esta nueva planta?
Son cerca de $ 10 millones y la queremos inaugurar el 30 de agosto. En una primera etapa tendrá una capacidad de producción de 300.000 prendas mensuales, pero la queremos llevar a 700.000 para mitad del año que viene. Con estas cifras, dejaríamos de importar remeras que hoy vienen de Perú.

Por otro lado, vamos a renovar nuestras tiendas y estamos pensando en nuevas aperturas.

¿La nueva planta se abre porque es negocio fabricar las remeras Lacoste localmente o por el freno a las importaciones?
Porque creemos en la Argentina y porque sabemos que hay mercado y el consumo sigue ahí, vigente. Nosotros, en febrero teníamos un panorama apocalíptico del año. Hoy las cuentas son iguales. Está bien, no crecieron las ventas como antes, pero siguen altas.

¿Teniendo en cuenta estas nuevas inversiones se puede decir que Lacoste no tiene muchas preocupaciones por el futuro de la economía?
No es así. Tenemos preocupaciones. La primera es que se sostenga el consumo. Otra, que la inflación no se descontrole. Y que no haya cambios bruscos en las líneas de hacia adónde vamos con la economía.