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River Plate es reconocido mundialmente por su camiseta de la banda roja y los triunfos futbolísticos, pero su alcance excede lo deportivo. "River es fútbol, deporte, compromiso social y educación", resumió Ignacio Villarroel, vicepresidente segundo del club. Con más de 49 actividades deportivas, una fundación que trabaja con 80.000 chicos, un colegio y una universidad, el club supera la imagen del Monumental cada fin de semana y su rol como institución integral.
El dirigente subrayó que la magnitud de River implica una enorme responsabilidad: "Hay más de 350.000 socios, 25 millones de hinchas y 15.000 empleados. La exigencia es permanente, desde el socio que juega a las bochas hasta el que va a la pileta. Todos sienten que lo suyo es lo más importante", afirmó, destacando la diversidad de su comunidad.
Uno de los grandes desafíos fue sostener el crecimiento sin trasladar los costos a los socios. "El pleno paga una cuota de unos 30.000 pesos, mucho más baja que cualquier club privado, pero con una infraestructura gigante. La estrategia es poner al socio en el centro, cuidando su bolsillo", explicó.
Ante la falta de ingresos por televisión, River percibe apenas u$s 6 millones al año, contra los más de u$s 40 o u$s 60 millones de los grandes de Brasil, el club diversificó sus fuentes. "Pasamos de un presupuesto de 50 millones de dólares en 2013 a más de 200 millones en la actualidad. Lo logramos con ticketing, membresías, sponsoreo y uso del estadio como generador de ingresos", detalló Villarroel.
Mucho más que fútbol
El Monumental, convertido en el estadio más grande de Latinoamérica, se consolidó como plataforma multifuncional. Allí no solo se juegan partidos, sino que también se realizan recitales de artistas globales, lanzamientos de marcas, experiencias de hospitalidad y propuestas gastronómicas. "Queremos que River sea un movimiento popular que se financia sin castigar al socio, pero con servicios de primer nivel", apuntó.
La innovación también llega a la comunicación. Con River ID, la institución construyó una base digital de más de 1,5 millones de hinchas, lo que permite segmentar mensajes según edad, hábitos y preferencias. "Hoy sabemos cómo se relaciona cada socio con el club y eso nos permite comunicar de forma más eficiente y emocional, manteniendo el sentido de comunidad y pertenencia", dijo.
Mirando hacia atrás, Villarroel señaló el mayor reto enfrentado por la institución: "Hace 12 años River estaba destruido institucionalmente, quebrado económicamente y sin orgullo futbolístico. El desafío fue recuperar la identidad, volver a ser creíbles y consolidar una marca respetada en todo el mundo. Para lograrlo hubo que gestionar bien, ser eficientes y creativos para generar ingresos. Hoy River volvió a ser River".