Fue uno de los momento más celebrados durante la última entrega de los premios Oscar. Ya es hora de que tengamos los mismos salarios y los mismos derechos, dijo la actriz Patricia Arquette ganadora como mejor actriz secundaria en su discurso de agradecimiento. Y su reclamo se ganó una gran ovación.
Pero, claro, las diferencias salariales entre hombres y mujeres no son un tema exclusivo de Hollywood. En la Argentina los salarios de las mujeres son, en su mayoría, más bajos que los de sus colegas hombres, a pesar de ocupar el mismo puesto y realizar la misma tarea. Y a medida que se sube en la pirámide organizacional de las empresas, las diferencias a favor de los hombres son todavía más grandes.
Según un estudio realizado por la consultora Mercer entre 335 empresas que operan en el mercado laboral argentino, las CEOs mujeres ganan un 25% menos que los hombres que ocupan la misma posición. Los mismo sucede en los niveles de directores, donde las mujeres ganan 10% menos, gerentes (6% menos), jefes (10% menos), analistas (14% menos) y técnicos (10% menos).
Las mujeres son minoría en los puestos ejecutivos dentro de las empresas y las pocas que logran alcanzar las posiciones más altas deben resignarse a cobrar un sueldo más bajo que sus compañeros. El estudio muestra que en la Argentina, del total de las empresas encuestadas, sólo un 4% cuenta con una mujer como CEO, es decir, en el máximo puesto directivo. El porcentaje para las directoras es de 16% y para las gerentes senior sube al 23 por ciento.
Con todo, hay algunas tendencias optimistas, que aseguran que la participación de la mujer a nivel ejecutivo tiende a aumentar. Un estudio global sobre Diversidad de Género, relevado por Mercer en 28 países, estima que las empresas de América Latina podrían mostrar un crecimiento significativo en la representación femenina a nivel ejecutivo en la próxima década, con un incremento esperado del 12% actual a un 39% en 2024. La eficacia de las organizaciones para aprovechar el talento femenino va en función de la capacidad para atraerlo, desarrollarlo y retenerlo. El análisis indica que las empresas que confían en ello (después de considerar la amplia serie de programas cubiertos) posee una representación más favorable de mujeres en puestos senior en el largo plazo, señaló el informe de Mercer.
A pesar del panorama actual, hay visiones optimistas para el futuro. La tendencia a incorporar mujeres en cargos directivos es creciente y, aún más, en equipos de trabajo que atraviesan situaciones de crisis. Esto se debe principalmente a las habilidades de liderazgo más blandas, nivel de escucha, perseverancia y empatía que las mujeres aportan a su entorno, además de poseer la ventaja de ser multitasking, lo que les permite mantener la eficiencia así como también generar empowerment hacia los equipos, explicó María Olivieri, executive manager de PageGroup, consultora de reclutamiento ejecutivo.
En el último tiempo, las mujeres se destacaron como precursoras en el liderazgo en las áreas de Recursos Humanos, Marketing y Finanzas, y en nuevas carreras como Ingeniería Ambiental o carreras vinculadas a IT que provienen de industrias pesadas. Incluso algunas industrias en las que resultaba menos probable ubicar una mujer al mando, como ingeniería, logística o IT, están mostrando una gran apertura en sus estructuras, detalló Olivieri.