La alimenticia de la familia Pérez Companc encaró un proceso de internacionalización que la llevó a quedarse ayer con el control de una empresa comercializadora de aceite de oliva, aderezos y otros productos en Estados Unidos. Se trata de Lucini Italia, con fuerte presencia en la zona de Miami y la Costa Oeste, de la cual ya controlaba el 49% de las acciones. Esta compañía se suma a la fabricante de pastas italiana Delverde Industrie Alimentari, que había comprado en 2009.
El objetivo de la compañía es encontrar nichos de negocios en el exterior similares a los que ya explota en la Argentina. Su estrategia se basa en la búsqueda de socios adecuados en los países en los cuales desembarca; la adquisición de empresas en el exterior y la exportación de productos locales, en especial de sus aceites de oliva de la región cuyana; pastas de trigo candial y vino malbec Nieto Senetiner.
En este contexto, ayer informó a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires que hizo uso de la opción para quedarse con el 51% del capital de Lucini que no controlaba a través de una operación cerrada por su filial norteamericana, Molinos USA Corp, que el holding controla indirectamente a través de su subsidiaria chilena Molinos de Chile y Río de la Plata Holding.
Cuando Molinos se quedó con el 49% de esta empresa norteamericana también comercializadora de salsas para pastas, sopas saborizadas y productos orgánicos, había firmado con Lucini Italia Company un compromiso para tener la opción de sumar el restante 51% del capital social y votos de la empresa, a más tardar el 31 de marzo de 2019.
Sin embargo, Molinos prefirió cerrar ese convenio cinco años antes por un precio que no fue oficialmente informado ya que debe ser determinado luego de preparadas certificaciones contables especiales al efecto. Sin embargo, El Cronista pudo saber que la suma rondaría los u$s 15 millones, aunque Molinos también prepararía nuevos desembolsos para encarar estrategias de marketing que hagan crecer a la compañía en el mercado norteamericano. Es que si bien se trata de una compañía pequeña, le permite a Molinos ser su canal de venta de sus pastas, vinos y aceites de oliva que produce en la Argentina para posicionarlos en Estados Unidos. La alimenticia ya es un jugador importante en el contexto internacional de commodities con sus exportaciones de granos, harinas, aceites y biocombustibles.
De hecho, su último balance semestral arrojó una ganancia de $ 488 millones entre enero y junio pasados, de los cuales el 60% fueron aportados por los commodities. Actualmente, Molinos es uno de los principales procesadores de poroto de soja y semilla de girasol del país, con una capacidad de molienda de 6 millones de toneladas de soja y 500.000 de girasol anuales. Esta actividad representa el 50% de sus ingresos, mientras que el 50% restante se nutre de su actividad minorista.
En el caso del negocio minorista es dueña, entre otras, de marcas emblemáticas como Lucchetti; Matarazzo; Granja del Sol; Vieníssima; Gallo; Exquisita; Don Vicente y Preferido. También de Vitina; Arlistan; Good Mark; Lira; Cruz de Malta; Manty; Minerva y Nobleza Gaucha, entre otras.