La Fiscal General de los Estados Unidos Loretta Lynch acusó a nueve miembros de la FIFA y cinco empresarios del mundo del deporte de 47 cargos delictivos como pago de sobornos y lavado de dinero. Y el escándalo estalló. En paralelo, la policía suiza y el FBI entraban sigilosamente a un exclusivo hotel de Zurich, donde está la sede de la FIFA, y se llevaba detenido a una parte de los involucrados.
La acusación formal de 47 cargos que realiza la Justicia estadounidense incluye cargos de crimen organizado, fraude electrónico, conspiraciones y lavado de dinero desde 1991 hasta hoy, y pone como ejemplo el pago a funcionarios de la FIFA de coimas por u$s 110 millones para la Copa América 2016, a realizarse en EE.UU. La denuncia se consumó por un grupo de "arrepentidos", empresarios y organizaciones que participaron durante 20 años del dinero negro del fútbol mundial, y que llevó a la conclusión de los fiscales que "la corrupción es rampante, sistémica y arraigada".
El documento que presentó el grupo de fiscales tiene 164 páginas y, entre los 14 acusados, incluye a tres empresarios argentinos y el fallecido presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, Julio Grondona.
Aunque en un pasaje de las 161 páginas que tiene el trabajo de los fiscales se hace referencia a un personaje que se entiende sería el ex titular de la AFA, Julio Grondona, ya que el documento sostiene que "el presidente de la federación argentina" aceptó cobrar u$s 15 millones en coimas, frente a la consulta de si se trataba de Grondona los miembros del Departamento de Justicia afirmaron que no harían comentarios "sobre nadie que no esté incluido en el pliego de acusaciones". El informe hace referencia en el punto 249 al pago de un soborno en donde Don Julio quedaría más expuesto y por la que se busca a los empresarios argentinos, sobre quienes pesa un pedido de extradición.
"Datisa acordó pagar u$s 100 millones en sobornos a oficiales de Conmebol todos oficiales de FIFA a cambio del contrato de Copa América firmado en 2013: u$s 20 millones por la firma y u$s 20 millones por cada una de las cuatro ediciones del torneo.Cada pago de u$s 20 millones fue dividido en sobornos de esta manera: u$s 3 millones para cada uno de los "top" oficiales de Conmebol: el presidente de la Confederación y los presidentes de las asociaciones de Brasil y Argentina; 1,5 millones de dólares a cada uno de los otros siete presidentes de las federaciones de Conmebol; y u$s 500.000 para un undécimo oficial de Conmebol".
Para la gran mayoría de los fanáticos del fútbol, el nombre Datisa no significa nada. Pero para los que hacen negocios sí.
Datisa nació en 2013 y está conformada por partes iguales por Traffic Group (multinacional brasileña de marketing deportivo), Torneos y Competencia S.A (TyC, productora de eventos deportivos) y Full Play (marketing deportivo). La compañía firmó en Londres un contrato con Conmebol para obtener los derechos comerciales a nivel mundial de las Copas de 2015, 2016, 2019, 2023 y por la que habría pagado los u$s 100 millones de soborno.
Es por esto que quedó implicado entre los 14 acusados de corrupción Eugenio Burzaco, CEO y accionista junto a DirecTV Latin America, Familia Nofal y DLJ Offshore Partners, de TyC.
El hombre que es socio del Gobierno TyC produce Fútbol para Todos en HD y del Grupo Clarín comparten en partes iguales las acciones del canal TyC Sports y de TSC, compañía que tenía los derechos del fútbol previo a su estatización y que mantiene un juicio millonario contra la AFA y hermano del asesor en seguridad del Pro, Eugenio Burzaco.
Hugo y Mariano Jinkis son los dueños de Full Play, empresa argentina dedicada al marketing deportivo que tiene los derechos de TV de la mayoría de las selecciones de Sudamérica y algunas de la Concacaf.