El aumento de la expectativa de vida y, sobre todo, de la calidad de los últimos años que se dio nivel mundial cambiaron totalmente el mundo del trabajo. Es que, anteriormente, las personas se retiraban entre los 60 y los 65 años. Ahora, con mejores condiciones y mucho más para dar, encuentran un mercado laboral difícil de acceder.
Ana Carolina Corbelle, directora ejecutiva de Diagonal Asociación Civil, una organización sin fines de lucro que hace más de 23 años que trabaja en la reinvención y reinserción laboral de las personas mayores de 45 años.
"Durante los últimos años se puso en agenda la temática de inclusión al talento de más de 45 años. Esto estuvo influenciado por distintos factores a nivel mundial que tienen que ver con que la expectativa de vida se prolongó, así como mejoró la calidad de vida que pueden tener las personas. Esto hace que nos replanteemos hasta qué edad vamos a trabajar", indicó la especialista.
De esta forma, la idea de trabajar hasta los 60 o 65 años, en algunos casos es cada vez más difusa. "Hoy una persona de esa edad tiene que seguir trabajando porque la jubilación o los retiros no son suficientes. Además, mucha gente está en su ciclo de vida más vital, en el que quieren seguir aportando. Tienen otro estilo de vida que hace que quieran seguir trabajando", dijo Corbelle.
Mirar el futuro
Además, la especialista agregó: "Siempre hablamos de mirar al yo del futuro. Nos hacemos la pregunta de ¿cómo quiero verme yo en los próximos años? Esto no solo implica al ámbito laboral, sino también a todas las dimensiones de la vida".
En este sentido, contó que "hay personas que están muy desesperanzadas, que sienten que nadie los va a tomar en alguna empresa por su edad. Muchos se identifican con la edad y creen que no sirven para nada, cuando, en realidad, uno es una persona que tiene mucho para aportar, independientemente de la edad".
Así, recomendó: "Una de las cosas que siempre trabajamos con las personas que acuden a Diagonal es el autoedadismo. El edadismo es la discriminación por edad, mientras que el autoedadismo sucede cuando uno se excluye, no se presenta en las búsquedas laborales por miedo a fallar".
En primer lugar, expuso que hay que identificar si uno mismo se está excluyendo. "Es necesario tener en cuenta los sesgos y los prejuicios propios para poder trabajar primero en uno y, luego sí poder presentarse a alguna búsqueda en particular".
Es importante también "acompañar a las empresas para incluir al talento +45, no solo con los líderes y equipos de trabajo, sino con todos los actores involucrados. Está demostrado que las empresas que contratan gente adulta ganan innovación, creatividad, diversidad, posibilidad de resolver un problema con otras perspectivas", aseguró Corbelle.