A pesar de que la producción de leche en la Argentina subió luego de tiempos difíciles para el sector, en los primeros cinco del año meses cerraron alrededor de 90 tambos. De esta manera, solo quedan 9040 centros de procesamiento de lácteos en el país y el mercado vira hacia la concentración de la producción en pocos jugadores. Aunque es una tendencia mundial, fueron varias las razones por las que desaparecieron una enorme cantidad de tambos. Entre ellas, la baja rentabilidad de la actividad, falta de gestión y apalancamiento, y condiciones climáticas adversas, entre otras. En la década del 90' había alrededor de 30.000 tambos. Hoy, solo quedan 9040, según informó un relevamiento del Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA). La entidad proyectó que si se perdieron 90 tambos en los primeros cinco meses del año, 2025 terminará con un 2,4% menos de tambos, lo que significará un total de 8822 centros de procesamiento de leche. Esto quiere decir que se perderían unos 218 establecimientos lecheros en total. Esta noticia llega en un momento en el que la producción de leche empieza a recuperarse respecto a los niveles del año pasado. Según datos de la entidad en mayo de 2025 hubo un 5% menos de tambos en producción, pero también se reveló un crecimiento del 5,5% en vacas. Esto quiere decir que, a pesar de que hubo menos centros en producción, la cantidad de cabezas -y, por ende, la producción de leche- aumentó. "Evidentemente, el crecimiento de la producción en los primeros cinco meses de 2025 respecto a 2024 responde mayoritariamente al crecimiento de la producción individual, pero también al aumento del rodeo lechero", explicó el relevamiento de OCLA. El 91% de los tambos y el 95,7% de las vacas en producción se concentran en la Cuenca Central (Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires y Entre Ríos). "También podemos ver un crecimiento importante de la cantidad de vacas por tambo que asciende a 173 cabeza, cifra que creció un 13,1% respecto al promedio de los 10 años anteriores", agregó el informe. La caída de los precios internacionales de los granos es una buena noticia para los productores lecheros. Es que les permite operar con insumos más baratos, lo que, además, reduce sus costos y mejora su rentabilidad en un contexto de alta concentración y cierre de establecimientos. "Aprovechamos a comprar los granos con precios bajos para ganar stock, y, de esa manera, achicar los costos y ganar rentabilidad en la producción. Sin embargo, hace un año que recibimos el mismo precio por la leche que despachamos", detalló un productor lechero basado en la provincia de Buenos Aires. Además, resaltó que la producción local de leche en el país se mantiene estable desde hace más de una década. "Cuando desaparece un tambo, se reemplaza por un jugador más grande. Eso, sin embargo, no implica un aumento visible en la producción". Según datos de OCLA, la industria lechera local procesa entre 1000 millones y 850 millones de litros por día. El precio promedio que reciben los productores por litro de leche rondó los $ 495 en abril. Ese valor era de alrededor de $ 445 en abril de 2023. Uno de los principales conflictos del sector es el endurecimiento de los tambos remitentes que enfrentan serias demoras en los pagos. Mientras el plazo habitual de cobro es de 45 días, hay compañías que dilatan los pagos por la leche cruda a más de 90 días. Este año empezó complicado para las empresas lácteas argentinas, que atraviesan una fuerte crisis económica y operativa. Tal es el caso de SanCor, que, envuelta en una deuda millonaria y con un fuerte ajuste de personal, solicitó en febrero la apertura de su concurso preventivo ante la justicia de Santa Fe para intentar resolver su situación financiera. También Verónica tuvo sus tres plantas paralizadas por más de 15 días en junio, con la producción detenida al 100%. La empresa pagó poco más del 50% del salario correspondiente a abril, lo que llevó a los operarios a iniciar un procedimiento de retención de crédito laboral.