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El microondas se ha convertido en un electrodoméstico indispensable en la mayoría de los hogares. Su rapidez y comodidad lo hacen ideal para calentar alimentos.

Sin embargo, una práctica muy común, especialmente entre quienes no disponen de una pava, es calentar agua en este aparato. A pesar de su aparente inocuidad, esta acción encierra un riesgo latente que puede desencadenar graves consecuencias.

De hecho, los científicos han demostrado que el sobrecalentamiento del agua puede provocar explosiones y quemaduras severas.

Por qué no deberías calentar agua en el microondas

El microondas calienta de arriba hacia abajo, lo que puede causar que el agua se sobrecaliente y alcance una temperatura superior a su punto de ebullición. Según la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), esto puede llevar al agua a un estado "inestable".

De esta manera, advierte que ante el más pequeño movimiento puede explotar violentamente, pudiendo quemar a quien esté cerca.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) recomienda a cambio agregar previamente los productos que quieran disolver en el agua.

¿Cuál es la mejor forma de calentar agua?

La mejor forma de calentar agua puede depender de varios factores, como cantidad de agua, tiempo disponible y tipo de tecnología que tengas a tu disposición. A continuación, te presentamos las opciones más comunes:

  • Estufa o cocina. alentar agua en una olla sobre la estufa es una de las formas más rápidas y controladas para cantidades pequeñas o moderadas. Puedes ajustar la temperatura según sea necesario.
  • Calentador de agua eléctricos. Estos dispositivos son eficientes para calentar grandes cantidades de agua de manera continua. Algunos modelos permiten ajustar la temperatura según tus necesidades.
  • Hervidor eléctrico. Ideal para calentar agua rápidamente. Es muy eficiente para cantidades pequeñas, como cuando necesitas agua para té o café.
  • Calentador de agua solar. Utiliza energía solar para calentar el agua. Es una opción ecológica y económica a largo plazo, aunque depende de la disponibilidad de sol.