Revelación espiritual | El papa Francisco explica qué es lo que "nos acerca a Dios"
Este es el pasaje de la Sagrada Escritura que el sumo pontífice Francisco ha difundido para orientarte en este jueves.
La Santa Sede ha publicado este jueves 15 de agosto del 2024 en su web oficial los capítulos de la Sagrada Escritura con la palabra de la máxima autoridad de la Iglesia católica, el papa Francisco.
El santo pontífice Jorge Mario Bergoglio realiza dicha lectura bíblica de forma diaria para que también sea compartida en las misas que se llevan a cabo durante toda la semana.
La lectura de la Biblia de este jueves 15 de agosto
Aun cuando la Sagrada Escritura cuenta con miles de años, la palabra de Dios siempre tiene un mensaje de aliento que sirve como guía para la vida diaria. Por ello, es necesario tener presente los siguientes versículos de Apocalipsis:
Primera lectura: libro del Apocalipsis 11, 19; 12, 1-6. 10
Se abrió el templo de Dios en el cielo y dentro de él se vio el arca de la alianza. Apareció entonces en el cielo una figura prodigiosa: una mujer envuelta por el sol, con la luna bajo sus pies y con una corona de doce estrellas en la cabeza. Estaba encinta y a punto de dar a luz y gemía con los dolores del parto.
Pero apareció también en el cielo otra figura: un enorme dragón, color de fuego, con siete cabezas y diez cuernos y una corona en cada una de sus siete cabezas. Con su cola barrió la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra. Después se detuvo delante de la mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo, en cuanto éste naciera. La mujer dio a luz un hijo varón, destinado a gobernar todas las naciones con cetro de hierro; y su hijo fue llevado hasta Dios y hasta su trono. Y la mujer huyó al desierto, a un lugar preparado por Dios.
Entonces oí en el cielo una voz poderosa, que decía: "Ha sonado la hora de la victoria de nuestro Dios, de su dominio y de su reinado y del poder de su Mesías".
El capítulo de la Biblia para el jueves 15 de agosto
Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 39-56
En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno.
Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo y levantando la voz, exclamó: "¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor".
Entonces dijo María: "Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava.
Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre y su misericordia llega de generación en generación a los que lo temen.
Ha hecho sentir el poder de su brazo: dispersó a los de corazón altanero, destronó a los potentados y exaltó a los humildes. A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada.
Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su siervo, como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia para siempre''. María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa.
La palabra del papa Francisco para el jueves 15 de agosto
El papa Francisco interpreta la ascensión de la Virgen María como un ejemplo de servicio al prójimo y alabanza a Dios. María sube a la región montañosa para ayudar a su prima Isabel y allí proclama el Magnificat, mostrando así su servicio y alabanza a Dios.
El papa destaca que el servicio a los demás es lo que eleva la vida y nos acerca a Dios. María recorre casi 150 kilómetros para llegar a casa de Isabel, demostrando que el servicio tiene un precio y requiere sacrificio. El papa también resalta la importancia de la alabanza a Dios. Cuando María entra en casa de su prima, alaba al Señor y su corazón brota un canto de júbilo. La alabanza aumenta la alegría y eleva los corazones, siendo fundamental para que el servicio sea fructífero.