¿A qué huelen los ángeles? | Los tres aromas que emanan cuando un ángel se acerca a ti
Los ángeles y arcángeles tienen formas muy especiales de comunicarse con las personas, una de ellas son los aromas y olores.
Sentir la presencia de los ángeles, arcángeles o cualquier otro ser de luz del Reino Angélico puede ser una de las experiencias celestiales más especiales y pacificadoras que jamás se podrán llegar a experimentar en el plano físico.
Los ángeles se nutren de la fe que las personas le tienen. Los ángeles reciben la fe de la humanidad como un regalo y ante sus peticiones reaccionan y actúan de forma tan sútil que solo aquellas personas que están en una vibración de paz y de amor pueden percibirla.
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Las señales más comunes que emiten los ángeles
Sentir la presencia de un ángel, mucho más en momentos críticos, es un baño de esperanza, confianza, amor, apoyo, contención y recocido.
- Números repetitivos como 111 ó 444
- Plumas blancas encontradas inesperadamente
- Luces parpadeantes o destellos de luz
- Sensación de una presencia cálida o reconfortante
- Sueños vívidos con mensajes claros
- Aromas agradables sin una fuente visible
- Música o sonidos suaves que parecen llegar de la nada
Los aromas más comunes que los ángeles usan para enviar señales a los seres humanos.
Los ángeles del Reino Angélico están comandados por los 7 arcángeles de Dios. Cada uno de ellos tiene aromas que los identifican, pero, existen tres aromas generales que los identifican a todos.
- Olor a chocolate
- Olor a rosas
- Olor a Vainilla
Los ángeles se comunican a través de aromas para transmitir mensajes de amor, esperanza, gozo y apoyo.
El olor a rosas representa amor divino, reconfortando el corazón y llenando de paz en momentos de angustia.
El aroma a vainilla, cálido y dulce, simboliza el gozo y la tranquilidad, recordándonos que estamos protegidos y guiados.
Por otro lado, el olor a chocolate es una señal de apoyo y consuelo, brindando esperanza en tiempos difíciles, como un abrazo espiritual que nos invita a mantener la fe.
Estos aromas se perciben como susurros angelicales que tienen el aval del Reino Angélico comandado por Dios y nos ayuda a recordar que no estamos solos, siempre habrá un guía en la adversidad.