Un apagón masivo, miles de misiles, invasiones relámpago y una reconfiguración total del poder mundial: así describió para el Daily Mail el general retirado Richard Shirreff, ex subcomandante supremo aliado de la OTAN, el posible inicio de la Tercera Guerra Mundial.
En su análisis, Europa podría verse sumida en un conflicto devastador que duraría apenas cinco días, con consecuencias históricas para Occidente y Asia.
Apagón en los países bálticos: el inicio del caos total
Según la predicción de Richard Shirreff, la guerra comenzaría con un apagón masivo en Vilnius, Lituania, que se extendería a Letonia y Estonia. Hospitales funcionarían con generadores de emergencia, bancos suspenderían operaciones y se desatarían saqueos y disturbios.
La población, confundida y desinformada por la interrupción de comunicaciones, enfrentaría un colapso de la seguridad civil. Las tropas locales apenas podrían contener la violencia, mientras los agitadores y mercenarios aprovecharían la confusión.
Este corte de energía no sería accidental: estaría vinculado a ataques cibernéticos que afectarían la infraestructura eléctrica y aislarían a los países bálticos del sistema energético europeo.
Rusia se moviliza: la escalada militar europea
La predicción detalla que Rusia aprovecharía la crisis para ocupar posiciones estratégicas, incluyendo el corredor de Suwalki, que conecta los estados bálticos con la Unión Europea. Las fuerzas rusas desplegarían tanques, artillería pesada y aviones de combate equipados con misiles Kinzhal para asegurar superioridad aérea y terrestre.
Los aliados europeos se verían obligados a reaccionar, pero la rapidez de los ataques y la confusión inicial limitarían su capacidad de respuesta. Según el experto, la OTAN activaría el Artículo 5, pero las decisiones políticas y retrasos logísticos podrían impedir una reacción eficaz inmediata.
Invasión de Taiwán: cómo la ofensiva china podría debilitar a Occidente según un exalto mando de la OTAN
Mientras Europa enfrenta la ofensiva rusa, China lanzaría una invasión masiva de Taiwán, utilizando misiles hipersónicos, drones y fuerzas especiales. La defensa de la isla sería rápidamente superada, con destrucción de radares, bases militares y ataques dirigidos a líderes políticos y económicos.
Por último, advierte que, tras estos movimientos, Occidente quedaríamilitarmente debilitado y políticamente dividido, enfrentando una nueva realidad geopolítica donde sus aliados tradicionales habrían perdido influencia estratégica.