

La presión por el agua llegó oficialmente al nivel diplomático más alto entre México y Estados Unidos. El Departamento de Estado publicó un comunicado donde exige medidas “inmediatas y concretas” para que México reduzca su déficit hídrico y cumpla el Tratado de Aguas de 1944, encendiendo alarmas en ambos lados de la frontera.
El Gobierno estadounidense destacó que, bajo la administración Donald Trump, México entregó más agua “en el último año que en los cuatro años anteriores juntos”, pero afirmó que el déficit acumulado ha provocado pérdidas de “cientos de millones de dólares” para agricultores texanos, intensificando la tensión binacional.

Washington señaló que México debe compensar un adeudo de “aproximadamente 865,000 acres-pies” del ciclo 2020–2025 y garantizar sin fallas el suministro para el periodo 2025–2030. Aunque ambas naciones mantienen vías diplomáticas, el tono del comunicado dejó claro que la disputa por el agua se acerca a su punto más sensible.
“El presidente Trump y el secretario Rubio han dejado claro que México debe cumplir con sus obligaciones en virtud del Tratado de Aguas de 1944”. enfatizó el comunicado.
Presión diplomática y exigencias hídricas que reconfiguran la relación bilateral
El Departamento de Estado afirmó que altos funcionarios de ambas naciones revisaron la disponibilidad hídrica y que Estados Unidos “presionó para que se suministre la máxima cantidad posible a los usuarios de Texas”. También añadió que solicitaron información adicional para “considerar otras opciones”, una frase que expertos interpretan como advertencia diplomática.

El comunicado subraya que Estados Unidos continuará evaluando “todas las opciones disponibles” para asegurar el cumplimiento del tratado, aunque insiste en resolver la situación mediante acuerdos y mesas técnicas. “Continuamos comprometidos a trabajar con México por la vía diplomática”, asegura el texto oficial.
La guerra del agua: una crisis anunciada por la ciencia y confirmada por la UNESCO
Durante décadas, especialistas advirtieron que el agua sería el recurso estratégico más disputado del planeta. Hoy, la UNESCO confirma esa predicción: “2.000 millones de personas no disponen de agua potable” y “3.600 millones carecen de saneamiento seguro”, cifras que evidencian la magnitud del riesgo global.
El organismo alertó que entre “2.000 y 3.000 millones de personas sufren escasez de agua al menos un mes al año”, situación que amenaza alimentos, energía y estabilidad social. Su directora general, Audrey Azoulay, advirtió: “El agua es nuestro futuro común… es esencial actuar juntos para compartirla equitativamente”.

Cooperación o conflicto: el mundo se acerca a un punto de quiebre hídrico
La UNESCO advierte que la población urbana afectada por escasez hídrica podría duplicarse para 2050, alcanzando hasta 2.400 millones de personas, un escenario que disparará tensiones locales, regionales e internacionales si no se establecen acuerdos sólidos.
Las Naciones Unidas recuerdan que solo “6 de los 468 acuíferos transfronterizos del mundo” cuentan con acuerdos de cooperación, un vacío histórico que incrementa la posibilidad de disputas. Como advirtió el secretario general António Guterres: “Proteger este recurso depende de alianzas… no hay tiempo que perder”.














