A lo largo y ancho del planeta, laboratorios, hospitales y centros tecnológicos enfrentan un problema silencioso pero alarmante: el helio, un gas considerado "mágico" por su rareza y propiedades únicas, está desapareciendo. Este elemento, que no puede fabricarse artificialmente y se escapa lentamente hacia el espacio, es tan ligero que ni siquiera la Tierra puede retenerlo por completo.
El helio es irremplazable en equipos médicos, reactores nucleares, investigaciones científicas y hasta cohetes espaciales. Su pérdida implica no solo un retroceso en la medicina y la innovación, sino también en la lucha contra el cambio climático. Su escasez ha llegado a paralizar investigaciones clave, como las que lidera la científica Nancy Washington en EE.UU.
¿Por qué está desapareciendo el helio?
El helio solo se produce naturalmente en procesos de desintegración radiactiva o en reacciones estelares, lo que lo convierte en un recurso limitado.
Según Sophia Hayes, profesora de química en la Universidad de Washington en San Luis, "el helio es un elemento mágico. No hay nada igual en el universo". Su extracción es compleja y su almacenamiento, delicado, ya que puede perderse incluso por las grietas más pequeñas al volverse superfluido.
Desde 2006 se han registrado al menos cuatro crisis globales por su escasez. La más reciente, en 2022, paralizó laboratorios y elevó los precios a niveles históricos. "Simplemente no podía creer los datos", dijo Nancy Washington al recordar los avances que su espectrómetro logró antes de quedar inactivo por falta de helio. A esto se suman problemas geopolíticos como sanciones, guerras e incendios en plantas procesadoras.
Consecuencias de la desaparición: de la salud a la tecnología
Sin helio, hospitales podrían dejar de operar escáneres de resonancia magnética vitales.
"La venta de nuestra reserva estratégica puede afectar la atención al paciente", alertó Premier Inc., proveedora de hospitales. También se vería afectada la fabricación de semiconductores, baterías para autos eléctricos y hasta los sistemas aeroespaciales.
Estados Unidos, que provee el 46% del helio global, vendió en 2024 su última gran reserva a una empresa privada. Desde entonces, ha crecido la preocupación. "La cadena de suministro es extremadamente frágil", advierten desde la Asociación de Tecnología Médica Avanzada. El gas más mágico de la Tierra podría estar viviendo sus últimos años accesibles... y el mundo aún no está listo para enfrentarlo.