A tan solo 10 minutos de San Miguel de Allende, Guanajuato, se esconde una joya del arte y la espiritualidad: el Santuario de Atotonilco. Este recinto, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2008, ha sido comparado con la Capilla Sixtina por su esplendor visual y profundidad espiritual.
Conocido también como la "Capilla Sixtina de América", este santuario fue construido entre 1740 y 1776 por el padre Luis Felipe Neri de Alfaro. Su interior está cubierto por pinturas murales que, como en el Vaticano, narran escenas bíblicas de forma envolvente. "Apenas es posible encontrar una superficie sin decorar", describe el sitio oficial del santuario.
El secreto mejor guardado de Guanajuato
A pesar de su valor artístico e histórico, pocos viajeros conocen este tesoro escondido. El santuario está ubicado en la localidad de Atotonilco, cuyo nombre significa "lugar de agua caliente", debido a los manantiales cercanos. En tiempos prehispánicos, esta zona era lugar de idolatrías y excesos. El templo nació como respuesta espiritual a esa historia.
Según los registros, durante la colocación de los cimientos el 3 de mayo, aparecieron tres arco iris en el cielo, señal que el padre Alfaro interpretó como un símbolo divino.
"Se deduce la confirmación del compromiso que tienen los humanos de conducirse rectamente frente a la alianza divina", afirman los cronistas del lugar.
Arte sacro comparable a la Capilla Sixtina
Así como Miguel Ángel transformó la Capilla Sixtina en un templo visual del Renacimiento, el Santuario de Atotonilco es un despliegue barroco del alma novohispana. "Su arquitectura y decoración testimonia la influencia de la doctrina de San Ignacio de Loyola", declara la UNESCO, subrayando la dimensión espiritual detrás del arte.
El padre Alfaro se inspiró en el Santo Sepulcro de Jerusalén para su diseño. El conjunto incluye siete capillas adicionales, todas ricamente decoradas. Destaca la cúpula central, que se eleva gracias a un tambor octagonal. La fachada, aunque sobria, da paso a un universo visual donde muros y techos están cubiertos por escenas religiosas.
El Santuario de Atotonilco, un centro de peregrinación y retiro espiritual
Más de 50 mil personas acuden cada año a los retiros espirituales organizados en la Casa de Ejercicios de Atotonilco. "Durante ocho días, de domingo a domingo, se encargarán de un negocio importante: la salvación de su alma", explica el sitio web del santuario. La experiencia es intensa, con ayuno, penitencia y oración.
Estos ejercicios están inspirados en los principios de San Ignacio de Loyola, buscando una transformación interior profunda. Las tandas más concurridas ocurren durante Semana Santa y los meses de verano. "Fue así como se ha divulgado la fama de este lugar", recuerda la comunidad religiosa, remitiéndose a los primeros ejercitantes de 1765.